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Agustina Escanellas es una joven abogada dedicada a la política por vocación, la que trae casi desde la cuna. Hoy es precandidata a la diputación por la mítica Lista 115 de Vamos Salto del Partido Colorado. Sobre su visión de los tiempos que estamos viviendo fue el diálogo que mantuvo con EL PUEBLO.


– ¿Qué siente liderando una lista con la trayectoria de la 115?


– Es una gran responsabilidad que asumimos con todo el honor que sentimos cuando nos invitaron a ser parte de esto desde ese lugar, porque siempre fui militante pero ponerme el traje de dirigente es todo un desafío. Así que lo tomo con mucha alegría, con mucho compromiso, con responsabilidad y con muchas ganas de aportar nuestro granito de arena desde un lugar de buenas intenciones, de entender la política desde el voluntariado, tratando de armar un equipo de trabajo que sean dirigentes históricos de la 115 que nos están acompañando y de quienes estamos agradecidos por haber confiado en nosotros, pero también de invitar a amigos, gente que nunca participó en política, gente que de repente nos miraba un poco de lejos pero que queremos contagiar porque sentimos que es un momento de compromiso.

Están pasando cosas en el departamento y en el país, no podemos ser simples espectadores, no podemos estar mirando las noticias en familia o con amigos, como me pasaba a mí, y decir “qué barbaridad, mirá lo que está pasando”, entonces debemos preguntarnos, ¿y qué vamos a hacer nosotros? Porque eso de estar en nuestras casas diciendo “¡qué barbaridad!” no soluciona nada, no aporta y la idea es aportar, porque todos tenemos algo que decir, todos tenemos algo por lo que luchar. Me siento profundamente colorada y es momento de levantar un montón de banderas del partido, porque es un partido de gobierno que dejó una impronta en el país que tenemos que recuperar en valores, en gestión, en pensar al país de los próximos 30 años, una impronta que tiene que ver con la laicidad, con la educación, con la salud y con esa capacidad que tuvo el Batllismo de ver más allá y de posicionarnos en su momento como un gran país, porque por algo llegamos a ser la Suiza de América.


– El ser tantos años gobierno provocó, según los analistas, un desgaste en el Partido Colorado, medible elección tras elección desde 1985 a nuestros días, donde en cada elección los colorados fueron perdiendo parte de su electorado, ¿cómo se logra revertir ese desgaste y que la gente vuelva a considerar al Partido Colorado como una opción de gobierno?


– Se logra con trabajo, con sacrificio, se logra yendo a buscar a los mejores, y cuando hablamos de los mejores tenemos que ir a buscar a esos hombres y mujeres que sienten como nosotros a la política como vocación de servicio o como voluntariado. Nosotros tuvimos y tenemos hombres profundamente patriotas, capaces, que piensan en lo colectivo más allá de lo individual. Entonces, es una tarea difícil y que de alguna manera nos tiene que obligar a tratar de ser nuestra mejor versión, a tratar de unirnos porque vale la pena, porque los colorados sentimos que nos merecemos otra oportunidad. Hay que ver la historia, repasar y ver todo lo que construimos. Siento que al Partido Colorado se le pasan grandes facturas, pero también hay una cantidad de cosas del hacer y de la construcción de este país que son netamente coloradas y batllistas que tenemos que recuperar. Agustina Escanellas


– Pero mientras tanto, ¿cómo hace para que la gente entienda que el Partido Colorado es también una opción de gobierno?


– Tenemos que elaborar un proyecto y volver a enamorar a la gente, como ya se supo hacer. Pero antes tenemos que pararnos en los grandes pilares que tenemos como colorados y como batllistas, y de ahí transmitir el mensaje que debe ser claro para todos.


– ¿No siente que esas banderas que usted dice que hay que levantar, fueron tomadas por otros partidos políticos? Por ejemplo, hoy muchos dicen que el Batllismo se fue para el Frente Amplio.


– Siempre tuve una diferencia con quienes dicen que el Batllismo se fue al FA, siempre he dicho que Batllismo e izquierda nunca pueden estar juntos, porque considero que la ideología batllista nunca podrá estar equiparada a una ideología que tenga una base marxista o socialista o de izquierda, por la concepción que tiene el Batllismo del individuo y de la libertad. Siento que el Batllismo y el Partido Colorado es darle al individuo las herramientas para que en libertad pueda ser su mejor versión y así poder salir adelante.


– Está hilando muy fino, no creo que el votante común del FA haga esa lectura, a diferencia del militante o de su dirigencia…


– Yo creo que el FA emparejó para abajo, y creo que el Partido Colorado empareja para arriba. Si tuviera que decirlo entonces simplificado, sería eso. Arrancamos con los CAIF, primero en Salto, Partido Colorado. Escuelas de tiempo completo, Preparatorios y universidad en Salto. Teníamos una universidad que era reconocida, y llegábamos todos, hoy eso no se ve, hoy ves que la gente está haciendo esfuerzos enormes para llevar a sus hijos a los privados, porque ven esa brecha. Cuando yo llegué al IPOLL, junto conmigo llegamos todos a la Universidad de la República y todos nos recibimos de abogados, estaba gente que había hecho toda la educación en la escuela pública, yo había ido al Salesiano, y sin embargo llegamos todos porque todos teníamos el mismo nivel. Hoy no sé cómo está la universidad. Hoy veo que muchos hacen el esfuerzo para mandarlas a las privadas, y esa es una brecha.

Si hay una brecha en educación, ahí tenés una diferencia entre un país que apostaba a la educación para todos. Como se decía, la moña azul es lo más democratizante que podemos tener, ahí tenés un ejemplo de cómo antes se podía ascender por los talentos y las virtudes, y cómo ahora hay una brecha donde en la educación se ve que la gente hace malabares porque considera que lo privado hoy está mejor que lo público.


– Habló de un tipo de brecha, hay otras brechas, como por ejemplo, las desigualdades entre el hombre y la mujer en nuestra sociedad, particularmente en la política. ¿Cómo es una mujer joven trabajando en política y además, liderando una lista?


– Igualmente se han abierto los espacios, en particular en Vamos Salto gracias al liderazgo del senador Germán Coutinho quien desde el primer momento apostó a la igualdad entre el hombre y la mujer en el trabajo político. Siempre hemos tenido las mismas oportunidades hombres y mujeres por igual, nunca sentí esa brecha dentro de la agrupación. Es verdad que en cantidad quiénes somos precandidatos a la diputación hay más hombres que mujeres, pero hay mujeres. Estas son conquistas que se van dando, porque también la mujer ha adquirido otro rol en la sociedad. Ha tenido que salir a trabajar, antes quedaba en su casa, antes se veía cómo la mujer tenía que quedarse al cuidado de su hogar y de sus hijos. Hoy de alguna manera ganó esos espacios de poder salir a trabajar, pero también en lo social. Antes, por ejemplo, no era común ver como se ve ahora a los grupos de amigas que salen durante la semana a comer. Mi madre siempre quedó en mi casa, y ahora veo que sale con sus amigas, por decirte algo. Hay un montón de pequeños logros que son palpables, la mujer ahora no cocina y el hombre lava los platos (risas), pero queda aún mucho camino por recorrer.

Hay un estudio que hizo la ONU que dice que las mujeres en Uruguay ganan por debajo de los hombres en el mismo puesto, incluso cuando están mejores preparadas. Entonces, hay brechas que hay que seguir luchando, con los hombres, no es una guerra sino que nosotras…


– ¿No es feminista?


– No, no. Soy defensora de los derechos que tenemos que adquirir, soy defensora de la igualdad y del papel de la mujer de hoy, porque la mujer de hoy tiene que salir a trabajar pero sigue siendo la que se ocupa de los hijos y sigue siendo el motor de la casa. Falta mucho para alcanzar la igualdad y borrar esa brecha. La participación en política y en todos los órdenes sociales debe ser en equipo, con mujer y hombre, porque cada uno tiene sus connotaciones, sus características y su forma de pensar. La mujer de repente es mucho más pasional, el hombre capaz es más cerebral en algunas cuestiones, pero la mujer es muy organizada, es práctica, tenemos eso de hacer rendir la economía. Una mujer hoy, ¿cómo hace para llevar adelante un hogar con lo caro que está todo? Son contadoras, son ingenieras…

Gracias a dios me tocó vivir en una generación donde podemos hacer todo, somos una generación joven que sentimos que no existen esas barreras que nos van a impedir llegar a algunos lugares por ser mujer o por ser joven, porque también nuestra política está llena de gente mayor…


– Habló de generaciones, cuando su padre se retiró de la política alguien pudo haber pensado que ya no habría más un Escanellas en política, pero apareció usted, ¿cómo fue tomar esa posta? ¿Cómo lo tomó su familia?


– Siempre acompañé a papá, y desde que tengo uso de razón, cuando en casa se hablaba de política yo siempre me prendía, siempre fui de discutir y de intercambiar puntos de vista. En casa no solo que no sorprendió sino que sintieron que estaba haciendo algo que a mí realmente me apasiona. Sintieron que yo estaba haciendo algo que me gusta, y desde ese lugar creo que ellos están orgullosos y contentos de ver cómo me juego por lo que siento, luchar por lo que creo que vale la pena, y más allá que como padres deben tener ese temor de la exposición, de las críticas y que me ven como hija y que pueden ponerse nerviosos cuando salgo en los medios, me están ayudando, me apoyan. Sienten que estoy cumpliendo el sueño de tener el privilegio en esta etapa de mi vida, de poder dedicarme a esto.

Yo ejerzo mi profesión, vivo de la abogacía, pero hoy por hoy siento que vale la pena hacer todo este sacrificio, y de alguna manera estoy contenta, estoy feliz, ellos se dan cuenta, me ven cuando llego a casa un sábado a la tarde y al rato me voy porque tengo una reunión y recuerdo que mi hermana me dice, “te vas feliz”. Y si, es mi vocación. Y cuando los padres ven a sus hijos que de alguna manera son felices haciendo algo que les gustan, ellos también serán parte de esa felicidad. Pienso que ellos están orgullosos de que yo siga con el partido y con la herencia familiar de la política. En casa siempre sentimos que la política era el espacio y la herramienta social para poder crear puentes y ver de solucionar, de contribuir y de devolver un poco al país todo lo que el país hizo por nosotros.


Perfil de Agustina Escanellas

Divorciada. Es del signo de Acuario. De chiquita quería ser abogada. Es hincha de Peñarol.
Dice no tener ninguna asignatura pendiente.
¿Una comida? Las pastas.
¿Un libro? “El amor en los tiempos de cólera” de Gabriel García Márquez.
¿Una película? La lista de Schindler.
¿Un hobby? Cocinar.
¿Qué música escucha? Me gusta la música alegre, la música bailantera.
¿Qué le gusta de la gente? La alegría.
¿Qué no le gusta de la gente? La desidia.

 


Entrevista de Leonardo Silva para Diario El Pueblo


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