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Por Germán Coutinho.

En los últimos días tuvimos la oportunidad de intercambiar con muchos jóvenes estudiantes sobre lo positivo que fue el aporte social de nuestra administración a través de la empresa de ómnibus, en donde durante los cinco años el boleto paso a costar $6.

Cuando hacíamos la campaña para la Intendencia en el año 2010, recorríamos los barrios escuchando a la gente, intercambiando junto con los vecinos para desarrollar el programa de gobierno. De allí surgieron varias ideas, desde lo que fue el hacer más piscinas, contar con baños públicos en las plazas y tantas ideas más de contenido social que llevamos adelante. No podíamos entender como en un Departamento en donde la empresa de ómnibus es de la Intendencia, esas unidades circulaban vacías al igual que ocurre ahora. En nuestra Administración entendimos que el precio del boleto debía bajar a la mitad de lo que valía y así lo hicimos y lo mantuvimos durante toda nuestra administración.

La diferencia del precio del boleto se quedaba en el bolsillo de los que menos tienen y le permitía a mucha gente poder trasladarse a un precio al alcance de todos. También se vieron beneficiados los jubilados del BPS y de las cajas militares y policiales. Viajaban gratis y gracias a eso, pudieron aumentar las visitas a sus familias. Con un boleto a $6, contribuimos en ordenar un tránsito que había crecido considerablemente desde la cantidad de vehículos en las calles y terminó siendo un importante aporte social en todo su contexto. Con las constantes subas del precio del combustible, fueron muchos los salteños que dejaron sus vehículos y usaban los ómnibus.

Viajaba el doble de salteños y se vendían más de 650.000 boletos por mes. Cada año la empresa mejoró su recaudación, en el año 2010 se recaudaron 36 millones, en el año 2011 fueron 37 millones y en el año 2012 unos 39 millones de pesos.

La empresa de ómnibus pasó a ser una empresa social que estaba al servicio de la gente que ahora la utilizaba mucho más. Esto nos llevó a tener que mejorar el servicio, colocando más de 150 garitas y comprando nueve unidades cero kilómetro que pagamos al contado por 34 millones de pesos. Trabajamos con el BPS y logramos un acuerdo para la donación de dos unidades especiales, que permitió que por primera vez en Salto pudieran viajar personas con capacidades diferentes.

Tuvimos que afrontar las contantes subas de combustible, pero el boleto costó lo mismo durante todo el período porque era un aporte social desde la Intendencia a todo el pueblo de Salto.

Hoy vemos como se perdió ese enfoque y ya no se mira más a la empresa de ómnibus como una herramienta social. Aumentaron el precio del boleto, no han mejorado las recaudaciones y no han realizado nuevas inversiones en mejorar el servicio. Las últimas unidades que se adquirieron fueron en nuestra administración.

Hoy nos encontramos trabajando en un nuevo proyecto para Salto, en donde vamos a presentar nuestras propuestas y si la gente nos vuelve a dar otra oportunidad, apostaremos por una empresa de ómnibus con un boleto social que vuelva a estar al servicio de todos los salteños.


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