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Un agotado seleccionado balcánico busca hacer historia frente al equipo más sólido de Rusia 2018

El fútbol es maravilloso porque siempre permite soñar; al más encumbrado y al más humilde. Por eso Croacia no pierde su fe. Con ella, con su fuerza de voluntad, con su no bajar nunca los brazos, con su dejar hasta la última gota de sudor en la cancha llegó hasta acá y hoy ya tiene su recompensa: jugará por primera vez la final de la Copa del Mundo.

A su frente estará un campeón mundial: Francia. Los galos alzaron el trofeo por primera y única vez en 1998 y quieren volver a hacerlo. Han sido, en las últimas seis ediciones, quienes más veces llegaron hasta el partido definitivo: tres. Y sienten en esta ocasión que tienen una cuenta pendiente que saldar con su gente: la Eurocopa pérdida en casa en 2016 a manos de Portugal. Gran parte de aquel plantel tiene ahora la oportunidad de redimirse y vaya de qué manera.

Para Croacia han pasado 20 años de su mejor figuración en un Mundial. Fue en 1998, precisamente el Mundial jugado en Francia y ganado por el local, cuando terminó tercero en su primera presentación como una nueva nación. Sin embargo, también tiene una cuenta pendiente y es precisamente frente a Les Bleus. Los entonces anfitriones se cruzaron con los balcánicos (liderados por Davor Suker, hoy presidente de la federación croata) en semifinales y se impusieron 2-1. Por lo tanto, entre los de la camiseta a cuadros también hay sed de venganza.


Planteles.

¿Es este un partido entre David y Goliath? Este Mundial se ha encargado de achicar más aún las brechas existentes entre ricos y pobres. Las tempranas despedidas de Alemania, Argentina y España así lo han dejado en claro. Incluso la eliminación de Brasil a manos de Bélgica aunque haya sido en cuartos de final. Sin embargo, las diferencias existen y son reales.

Griezmann, Umtiti y Varane celebrando el gol de Francia en las semifinales del Mundial. Foto: Reuters

Una forma de medirlo es a través del valor de mercado que tiene cada uno de los planteles. El de Francia tiene un valor total de 1.286 millones de euros, mientras que el de Croacia apenas alcanza los 433 millones, es decir la tercera parte. De hecho, cuatro futbolistas franceses (Kylian Mbappé, Antoine Griezmann, Ousmane Dembelé y Raphael Varane) totalizan 428 millones, es decir apenas cinco menos que todo el plantel croata.

Sin embargo, la voluntad y el hambre de triunfo a veces pueden valer más que el dinero. Deberá demostrarlo el conjunto balcánico, que por otra parte sabe que tiene ante sí la mejor (y quizás única) posibilidad de tocar el cielo futbolístico con las manos. Difícilmente Croacia tenga otra oportunidad de reunir tan buen plantel, porque en selecciones humildes como es su caso eso pasa muy pocas veces.


Francia, el favorito.

Sin embargo, está claro que el que parte como candidato a ganar el partido y la copa es Francia. ¿Razones? Dos fundamentales: tiene un juego sólido y equilibrado en todas sus líneas y posee una velocidad inusitada, que ante un equipo desgastado como el croata que viene de jugar tres alargues consecutivos (empató en los 90’ sus tres partidos de llave, mientras que los galos ganaron los mismos tres en tiempo reglamentario) puede ser decisiva.

Un día después de sus festejos por la Toma de la Bastilla (fecha patria porque se considera el inicio de la revolución), el pueblo francés pretende continuar con las celebraciones en las calles.

Croacia, en tanto, se ilusiona con hacer historia, ganar la final y transformarse en el noveno campeón del mundo.

ATENCIÓN A…
Dos figuras a tener en cuenta


Ivan Perisic: El mediopunta del Inter de Milán es una de las figuras que tiene Croacia. Habitualmnente se mueve por la izquierda, pero cierra muy bien y suele hacer goles por el medio, llegando desde atrás.

Kylian Mbappé: A los 19 años es uno de los grandes proyectos del mundo fútbol. Posee una velocidad increíble, tiene potencia y un gran disparo. Si no logran frenarlo lejos del arco, puede hacer destrozos a una defensa cansada.


A la final desde la repesca.

Croacia igualó un logro de Alemania, lo que no es poco en el contexto del fútbol mundial e incluso teniendo en cuenta la diferencia de poderío y mercado. El conjunto balcánico bien puede regodearse de decir que comparte con los germanos (cuatro veces campeones del mundo) el hecho de haber llegado a la final de un Mundial desde el repechaje.

Croacia clasificó segundo en su grupo eliminatoria, detrás de la sorprendente Islandia, y el sorteo le deparó Grecia como rival, pero no fue tal. En el partido de ida dejó prácticamente sentenciada la llave al vencer 4-1 como local. El empate 0-0 de visita fue el cierre del trámite. Desde allí entonces comenzó el camino croata hacia la definición del Mundial 2018. Alemania había llegado así también a la definición ante Brasil en 2002. Fue segunda detrás de Inglaterra en primera fase y en la repesca eliminó a Ucrania. No fue campeón…

EL ÁRBITRO
Pitana, segundo argentino finalista.

Néstor Pitana, el argentino designado para dirigir hoy la final de la Copa del Mundo, se convertirá en el segundo árbitro que tendrá el honor de pitar en el partido inaugural y en el definitivo en una misma Copa del Mundo. El otro, curiosamente, también es argentino. Horacio Elizondo lo hizo en Alemania 2006, cuando dirigió Alemania-Costa Rica e Italia-Francia.

Según el diario argentino Clarín, son grandes las posibilidades de que Pitana (que estará acompañado por sus compatriotas Hernán Maidana y Juan Pablo Bellati en las bandas) arbitre la final de hoy y luego anuncie su retiro, pues le habrían ofrecido ser instructor de FIFA para Sudamérica, cargos que ya ocupan Jorge Larrionda y Óscar Julián Ruiz.

 

Fuente: Ovación


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