Sin ánimo de generalizar, porque somos concientes que hay ediles que realizan una buena tarea, la Junta Departamental no estuvo a la altura de las circunstancias como órgano de contralor. Pasó sin pena ni gloria.
El Intendente Andrés Lima gobernó sin la Junta Departamental e hizo a su antojo la gestión. Nunca tuvo temor de nada porque sabía que la Junta no estaba a su altura. La función es bien clara, controlar y salvo algunos casos, la mayoría de los ediles de todos los partidos políticos, dejaron pasar graves hechos de la administración frenteamplista lidera por Lima.
La verdad que se esperaba mucho más de la presidencia de Alberto Subí, por el momento no se vio casi nada. También pueden y deben rendir más los ediles del oficialismo y de la oposición.
El Intendente dejó en varias oportunidades en falsa posición a la Junta o como se dice en el barrio, los dejó pintados. Lima impulsó cosas que debería si o si contar con el aval de la Junta y nada pasó.
Existen mecanismos de contralor y si el Intendente sigue en su postura soberbía de gobernar sin la junta, se puede impulsar un juicio político. La Junta cuenta con los votos para eso. Tampoco se hizo.
A Lima le queda pocos meses de gestión, si la Junta no lo hizo antes, no lo hará ahora. Reiteramos, hay ediles que han trabajado e hicieron una buena labor. Pero en líneas generales, de la actual presidencia se vio poco y otros ediles casi nada.
Los partidos políticos deberían estudiar con mucha seriedad a quienes envían a la lista de ediles, dicho esto con mucho respecto. Pero el trabajo es claro y debería cumplirse, cual es la función.
El gobierno de Lima fue un desastre y muy malo para Salto. Pero la junta tuvo que rendir mejor.