El segundo caso activo de COVID-19 en Paysandú desde que ingresó la pandemia a Uruguay es el de una mujer de 61 años, de profesión odontóloga que reside en Miami, Florida, Estados Unidos. Ante la situación de embarazo a término de su nuera decidió viajar a Uruguay para estar en el nacimiento de su nieto.
Tomó un avión de Latam desde el Aeropuerto Internacional de Miami, vuelo directo a Santiago de Chile, al aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez. Desde la capital trasandina, voló a Montevideo, al aeropuerto internacional de Carrasco, General Cesáreo L. Berisso, también en una frecuencia de Latam. Allí fue recogida por su hijo y trasladada en automóvil particular a la ciudad de Paysandú.
Dado el acontecimiento al que venía, de inmediato inició cuarentena voluntaria, en un apartamento donde permanece sola. Su hijo en tanto, viajó a un campo de la familia, en el departamento de Paysandú –de acuerdo a fuentes, en la zona de Tambores–, para a su vez hacer cuarentena voluntaria.
Fue en esos días que la mujer comenzó a sentir los primeros síntomas de COVID-19. Llamó a un médico, ocasión en la que recibió una atención telefónica. Atento a los síntomas, se le solicitó que se realizara un hisopado nasofaríngeo para una prueba PCR, realizada por un laboratorio privado. El resultado fue positivo a COVID-19, por lo que se disparó el procedimiento habitual de asistencia a pacientes de coronavirus. “Tenemos que informar y tranquilizar a la población”, dijo el director departamental de Salud, Carlos Leoni.
En un encuentro con la prensa aseguró que el domingo –cuando se declaró positivo el caso– “con el equipo pasamos entre seis y siete horas de intenso trabajo, realizando llamadas telefónicas, haciendo el seguimiento epidemiológico que es imprescindible”. Leoni. Subrayó también que “el gobierno nacional, el departamental y este Comité de Emergencias ha optado por pedirnos a todos que seamos responsables.
Nuestra obligación es que cada uno de nosotros usemos tapaboca, mantengamos la higiene frecuente de manos así como la debida distancia física”.
El Telégrafo