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El exmiembro de la AUF, FIFA y el TAS, dijo que “el modelo actual es inviable” y que “la dirigencia sigue atrapada en un círculo vicioso”.

Daniel Pastorini: “Futuro del fútbol uruguayo se juega en dos canchas"

“El futuro del fútbol uruguayo depende del inmediato cambio de modelo y de otros diferentes ingresos económicos”, señaló Daniel Pastorini en un muy profundo y crítico análisis que el ex integrante del Consejo Ejecutivo de la AUF por dos períodos entre 1997 y de 2006, escribió para “Crónicas”, donde sostuvo que “el modelo actual es inviable y no admite más demora en la necesidad de encarar una reforma estructural completa”.

“Sin embargo, la dirigencia de la AUF y de los clubes continúa atrapada en un círculo vicioso sin aportar la solución. No se tiene claro, y sigue sin advertirse, que la solución no se limita a cómo se va a comercializar la televisación del fútbol y sus conexos”, afirmó el abogado de 84 años que fue el autor de un proyecto que el 1° de julio de 1997 modificó el estatuto de la AUF, introdujo cambios en el sistema de gobierno de ésta y propició la incorporación de clubes profesionales del interior a las ligas profesionales y la institucionalización de las selecciones nacionales”.

Pastorini enfatizó que “una Liga Uruguaya de Fútbol Profesional se hace imprescindible”, con la participación de clubes “que cumplan estrictamente sin excepciones ni tolerancia con los requisitos que se establezcan para tener la categoría de club profesional e incorporarse y mantenerse en la liga profesional”, algo que en cierta medida intentó llevar a la práctica el propio ex dirigente en noviembre de 2000 a través de un cuerpo de normas de saneamiento económico y ordenamiento financiero de los clubes profesionales que, sin embargo, rigieron solamente durante una temporada.

Respecto a esto último, precisamente, el ex neutral de la AUF señaló que aquel cuerpo normativo que tuvo vigencia con el funcionamiento de una comisión presidida por el prestigioso economista Jorge Caumont “fueron luego derogadas en un equivocado amiguismo y solidaridad para que no fueran sancionados los clubes que no la cumplieron”.

En su análisis de la realidad actual, Pastorini cuestiona -entre muchos otros aspectos- “el absurdo sistema que tiene vigente la AUF, con ascensos y descensos entre la Liga Profesional de Segunda División y la Liga de Primera División Amateur (Metropolitana) entre clubes de distinta naturaleza”, explicando el por qué de su tajante definición.

Es absurdo, indica el abogado, porque “se oculta e impide en los hechos indirectamente la incorporación a las ligas profesionales de nuevos clubes del interior a más de 200 kms. de Montevideo que cumplan los requisitos de clubes profesionales (por ejemplo, Artigas, Salto, Paysandú, etc.), al obligarlos a tener que competir previamente en la Liga de Primera División Amateur (Metropolitana), con clubes amateurs de Montevideo y tener que obtener el ascenso para poder recién incorporarse a la Liga Profesional de Segunda División, debiendo soportar gastos de transporte y hotel, entre otros, cada 15 días en Montevideo, lo que hace que su incorporación sea inviable”.

“En lo económico, un nuevo modelo de fútbol uruguayo debe ir acompañado de nuevos y diferentes ingresos”, señaló Pastorini, opinando que esto último “no se soluciona vendiéndole los derechos a Tenfield, a Fox u otra empresa. Tampoco con que sea licitación, ni con la comercialización de esos derechos con AUF TV, ni se licitan sin derecho de preferencia de Tenfield, por la sencilla razón de que es un mercado limitado, con techo, acotado”.

En ese aspecto, el ex Secretario de Asuntos Internacionales y de Selecciones Nacionales de la AUF apuntó que “en el futuro del fútbol mundial (antes de la pandemia y más aún después), Uruguay tiene la oportunidad de acceder a otros escenarios y mercados con posibilidades económicas de ingresos que puedan permitir un fútbol uruguayo al más alto nivel”, señalando que “una real posibilidad para poder obtener nuevos ingresos genuinos, es considerar que a partir de 2026 se va a ampliar de 32 a 48 países la disputa de la fase final de las copas mundiales y que esa será la oportunidad de plantear en FIFA la clasificación directa de los países campeones del mundo a la competencia final de los mundiales”.

Esto último, a su vez, permitirá “establecer la disputa de una copa de países campeones mundiales a jugarse en el tiempo y en las mismas fechas FIFA que las demás naciones compiten por la clasificación de los cupos restantes”, indicó Pastorini, fundamentando las razones por las cuales una iniciativa de ese tipo podría ser apoyada no sólo por Argentina y Brasil en América, sino sobre todo por potencias del fútbol europeo, como Alemania, Italia, Inglaterra, Francia y España, y también por los grandes clubes del viejo continente, cuya importancia tanto a nivel de la FIFA como de la propia UEFA es sumamente importante.

“Cabe tener presente la particularidad de que los cinco países europeos campeones del mundo tienen las cinco ligas más importantes a nivel de clubes, y que los jugadores que integran las selecciones nacionales de los tres países sudamericanos militan en su casi totalidad en los clubes de esas ligas europeas”, señaló el ex dirigente cuyo vínculo inicial con la esfera directriz del fútbol uruguayo se produjo a mediados de los años 80 a través de Wanderers.

“Los grandes clubes europeos se benefician y resuelven su posición contraria a la cesión de sus jugadores en las fechas FIFA, evitando largos desplazamientos”, hizo ver Pastorini, apunando que “al clasificar directamente Argentina, Brasil y Uruguay, los jugadores europeos sólo necesitan viajar fuera de su continente a dichos países tres veces (como visitante en las fechas FIFA) en los años de disputa de la Copa de Campeones Mundiales”; mientras que, “a su vez, permanecerán en Europa, sin desplazarse, los jugadores sudamericanos de los clubes europeos que integran las selecciones de Argentina, Brasil y Uruguay cuando éstas jueguen como visitantes frente a los países europeos que oficien de locatarios”.

Por si todo eso fuera poco, “también le soluciona a FIFA resolver indirectamente la difícil situación de enfrentamiento de los clubes europeos en la obligación de la cesión de jugadores en las fechas FIFA”.

En el aspecto económico Pastorini pronosticó que “el continuo avance de la tecnología, unido a la integración de miles de millones de personas, en especial del continente asiático -China, India, Corea, Japón- como usuarios de la televisación de los partidos de una copa de países campeones del mundo va a producir ingresos económicos trascendentes por los derechos televisivos, la mercadotecnia, los sponsors, publicidad en todos los rubros, presencia de las marca de productos deportivos, y la venta de productos de merchandising”.

“Concretar esta propuesta representa, además, la posibilidad de la inserción de Uruguay, con su liga profesional potenciada, en un nicho de mercado futbolístico de Asia -China, Corea, Japón, India- con miles de millones de habitantes, donde se pueden obtener ingresos por comercialización de audiovisuales de sus campeonatos, sponsors y merchandising”, sostuvo el ex dirigente, enfatizando que “basta con que resulte interesante a un porcentaje mínimo de ese mercado de millones de consumidores del fútbol para generar ingresos económicos sin precedentes para el fútbol uruguayo”.

Por último, y fundamentalmente en base a la experiencia y autoridad que le confieren haber integrado entre 2003 y 2016 la Comisión del Estatuto de Transferencias de la FIFA, y desde 2004 a 2012 el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) con sede en Lausana, el abogado le hincó el diente a otros aspectos de importancia para el fútbol uruguayo.

Uno de ellos tiene que ver con “la protección de los derechos federativos de los clubes formadores de futbolistas ante nuevas modalidades de captación que desarrollan clubes europeos, intermediarios y representantes”, algo que Pastorini entiende que “impone otra postura de AUF ante la FIFA y la Conmebol”.

Según el ex dirigente, los artículos 18 y 19 del Reglamento del Estatuto y Transferencias de la FIFA tienen vacíos reglamentarios “que actualmente favorecen a terceros (intermediarios y clubes del exterior que incorporan a los futbolistas)”, pues dicha normativa “no tuvo en cuenta a figura del empresario-representante que desarrolla su actividad con jóvenes futbolistas desde antes de los 15 años”.

“Mediante la práctica de los empresarios-representantes, de aceptar que los futbolistas suscriban los contratos con el club formador pero por plazos cortos que generalmente no superan la temporada, la situación determina que el representante, actuando como tercer empresario, pasa a ubicarse en una posición dominante, desplazando al club formador en las negociaciones con los clubes interesados en obtener la transferencia del futbolista”, hizo notar Pastorini, enfatizando que “de esta forma, ese tercero participa como parte oculta en la negociación, recibiendo parcialmente o totalmente el valor de un futuro traspaso de un jugador desde un club a otro, eludiendo la prohibición del artículo 18 bis tercero”.

“A esto se agrega que el numeral 3 del artículo 18 le permite al jugador firmar por anticipado un contrato con otro club si el vigente ‘vencerá dentro de un plazo de seis meses’”, indicó el abogado, que con la finalidad de llenar ese vacío que perjudica a los clubes formadores en 2014 presentó un proyecto en la comisión de FIFA que integraba en ese momento, lo que fue informado al Consejo Ejecutivo de la AUF a través de notas del 10.11.16 y el 13.02.17, pero -según reveló ahora en “Crónicas”- “el planteo no tuvo el seguimiento posterior necesario ante la FIFA, ni por parte de la AUF ni de la Conmebol”.

En el mismo plano, Pastorini apuntó su enfoque crítico a “la nueva modalidad de captación de jóvenes futbolistas en Sudamérica por parte de los clubes europeos que se desarrolla partir de 2016”, rubro en el cual dijo que “actualmente se constata otra variante” respecto a la de los “campus” y la captación de los “ojeadores” que aquellas instituciones propician en nuestro continente desde hace varios años a esta parte.

“Los grandes clubes europeos comenzaron a instalar una ‘sucursal’ en los países donde se encuentra la ‘materia prima’”, escribió el ex neutral de la AUF, citando puntualmente el caso de “Manchester City con Torque en Uruguay, con dirigentes, funcionarios y/o asesores cuyas remuneraciones se corresponden con las de ejecutivos de empresas multinacionales”.

Al respecto, el abogado consideró que “deben ser bien recibidas las inversiones auténticas en los clubes de futbol donde el inversor realiza un aporte económico para desarrollar un proyecto, por ejemplo, mediante un fideicomiso”, pero sostuvo que “cuando el inversor es una sucursal de un club extranjero, el tema es diferente y pasa a ser de atención por encima del fútbol, y puede incidir incluso en las divisas que ingresan al país por ese rubro”, por lo cual el emprendimiento “exigiría su control y su regulación a nivel del gobierno”.

En el cierre de la última de sus notas publicadas en “Crónicas” sobre el mismo tema, Pastorini fue terminante: “El futuro del fútbol uruguayo en los próximos años se juega en dos canchas: la de la normativa FIFA que proteja a los clubes formadores de futbolistas y la de la participación de la selección en las copas del mundo y la Copa de Campeones Mundiales”

Ecos.la


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