Desde hace varios días en ambulancias especializadas de ASSE comenzó el traslado de los primeros internados de Aldeas de la Bondad hacia centros de cuidados privados de Montevideo, después de la decisión del INAU de realojarlos fuera de la institución que funciona en la zona de Agua Salto.
Según se informó de parte de los trabajadores a Tiempo de Noticias, este jueves estaría arribando a nuestra ciudad un avión enviado por las autoridades del Gobierno para concretar el traslado de los internos más complejos, que requiere de un traslado rápido. Serían unos 13 internos que serían trasladados vía aérea. Los trabajadores calificaron de un proceso “muy triste” y reiteraron su preocupación por los internos.
Profesionales médicos han advertido sobre el riesgo de vida que corren algunos niños por el tiempo que demanda el viaje y han dejado expresa constancia de ello en sus historias clínicas.
Este realojo de personas con discapacidades, algunas con patologías muy graves, llega después de un largo proceso de auditorías y de instancias judiciales que llevó adelante el INAU en contra de la fundación IMCOS, que atiende a 102 personas en Salto y a otras 45 en su sede de Paysandú. Las actuaciones no constataron irregularidades, aunque sí la insuficiencia de recursos económicos para seguir brindando la atención, lo cual llevó a que se llegara a la rescisión de los convenios con el INAU. Esto involucra a unas 30 personas del total, algunas de las cuales ya son mayores de edad.
El retiro con la utilización de ambulancias de ASSE de una treintena de niños, adolescentes y personas mayores que estaban allí alojados mediante convenio, fue confirmado a El País por Norma Rearte, una de las referentes y madre sustituta de Aldea de la Bondad, quien además es integrante de la fundación civil IMCOS, al frente de esta obra social. «Es un momento realmente muy triste para los funcionarios y para ellos», resumió sobre este proceso de reubicación que se pone hoy en marcha.
Rearte, quien junto a su esposo se instaló en la chacra en la que funciona la Aldea de la Bondad en el año 1978 como un acto de vocación de fe y de servicio, bajo la dirección de Nelsa Sosa Karlem, dijo que a esta «dolorosa y angustiante situación» se llega por la falta de una política pública para atender las necesidades de estas personas que son las que «injustamente» sufren al momento de tomar las decisiones.
Si bien las gestiones ante el INAU para procurar una cuota económica mensual mayor no se pudieron concretar, la Fundación IMCOS va a seguir brindando sus servicios a particulares y aún a aquellos internados sin familiares o vínculos con los mismos mediante el compromiso de voluntarios y gente que va a renunciar a sus remuneraciones como empleados, informó diario El País.