Todos esperábamos ese partido del domingo con muchas expectativas, como no hacerlo si es parte de nuestra cultura y de la pasión que nos despierta el fútbol a todos los uruguayos. Es un momento en el que muchas personas sin importar a quién votemos o qué religión profesemos, nos abrazamos juntos cada vez que nuestro cuadro hace un gol.
Pero como todo, es un reflejo de nuestra cultura, de nuestros hábitos y de nuestra manera de hacer las cosas. Y por eso llegó la violencia hasta la cancha, una violencia que se desató con furia, pero que lamentablemente no nos tomó por sorpresa porque ya estábamos preparados, esperando que algo sucediera.
Cuando empezaron los desmanes en el Estadio Centenario todos sabíamos que algo grave iba a pasar. Pero lo peor de todo que lo ocurrido demostró que la violencia es un problema estructural de nuestra sociedad, que está instalada en distintos sectores de la población y que tenemos que trabajar todos juntos para poder combatirla.
La violencia tiene múltiples causas, pero una fundamental, la falta de educación, la carencia de valores y las políticas del vale todo, han hecho que la gente confunda libertad y derechos con libertinaje y falta de respeto, falta de amor y de solidaridad con el de al lado.
Lo que hicieron un grupo de vándalos de atacar a una trabajadora que se ganaba la vida vendiendo refrescos en el Estadio no tiene nombre, tampoco lo que hizo el criminal que arrojó la garrafa de 13 kilos y lastimó a un policía y al perro entrenado que tenía a su lado. Y así podemos seguir una innumerable lista de destrozos dentro y fuera de la cancha, donde muchos inocentes terminaron heridos, entre ellos trabajadores del lugar y funcionarios policiales.
Pero las autoridades deben dar algo más que un mensaje de enojo y bronca porque se dieron cuenta que las cosas se les fueron de las manos, sino que debe haber acción y no solo reclamos, porque alguien es el responsable, alguien debe ser el que tenga que pagar por esto. No podemos permitir que el Ministerio del Interior siga diciendo que el operativo fue exitoso cuando los problemas ocurrieron y dieron la vuelta al mundo.
Tenemos que tener políticas deportivas que incluyan rigurosas medidas de seguridad con castigos severos para los violentos, porque sino seguirán ganando el partido ellos y las familias y la gente de bien, que con mucho esfuerzo quiere ir a la cancha a alentar al equipo de sus amores, es el que termina perjudicándose siempre, porque mandan los otros.
Por esa razón, desde el Partido Nacional venimos proponiendo desde hace mucho tiempo adoptar medidas similares a las de los países que han hecho las cosas bien y que han eliminado la violencia de cuajo de las canchas.
Porque el fútbol es una pasión de todos los uruguayos y entonces el gobierno debe responder en base a eso, con medidas que calen hondo y que generen soluciones de fondo.
Y para eso, los blancos no descansaremos ni un solo día exigiendo a quien corresponde pero también aportando, para que no tengan excusas y digan que no tienen la varita mágica, o peor aún, que los operativos fueron exitosos
Columna Diario Cambio