Hace una semana el gobierno a través de sus organismos tomó una cruel decisión, arrancó del seno de su hogar, que era Aldea de la Bondad de Salto a 16 personas con parálisis cerebral.
En un operativo casi cinematográfico, donde movilizaron a un avión Hércules de las Fuerzas Armadas trasladaron a estos niños vulnerables, algunos de ellos lamentablemente fueron trasladados a su muerte. Es increíble pensar que en pleno S. XXI en un país como el nuestro donde las autoridades se llenan la boca hablando de Derechos Humanos pasen estas cosas. No podemos permanecer insensibles frente a estas decisiones y acciones. Como me decía Pedro Bordaberry sobre este tema, no podemos permitir que prime “la frialdad de los números, frente a la realidad afectiva y de cuidados”.
Este dramático episodio que ya le ha costado la vida a dos personas y que hoy otro de los niños pasó a estar internado en un sanatorio en estado delicado, debería revelarnos.
La falta de sensibilidad, la improvisación y el afán permanente de este gobierno nacional y departamental de poner los números por encima de los seres humanos no tiene calificativo.
El traslado de estos 16 niños es descrito como violento, improvisado y absolutamente insensible, por las personas que con dedicación y amor mantuvieron con vida a todos estos niños durante muchos años.
La realidad en este caso superó todo lo imaginable, porque más allá del frío discurso que han ensayado las autoridades, el fondo de todo esto es económico, no humano. Esta decisión política se tomó para bajar costos, para gastar menos, se tomó porque convenía económicamente, por penoso que esto suene.
Nosotros no vamos a politizar este tema, pero debe quedar claro que este tipo de decisiones que causan estos daños irreparables, son decisiones políticas exclusivas de éste gobierno y ahí es donde ellos lo politizan, no aceptando las advertencias de quienes no pertenecemos a su fuerza política.
El gobierno nacional no solo está retaseando los medicamentos de alta calidad a los ciudadanos con menos recursos, creando una gran desigualdad entre los que tienen dinero y los que no. Está tomando decisiones como el traslado del Cachón que era un espacio único para la rehabilitación de ciegos. Hoy traslada a los niños de Aldeas de la Bondad, no podrán quitarse la responsabilidad de los trágicos desenlaces, todas estas han sido decisiones solitarias y sordas del gobierno frenteamplista.
Hoy el gobierno departamental no se planta frente a esta cruel decisión, no se impone, por el contrario con su condición servil a los intereses capitalinos se pone a disposición para garantizar los traslados. Cuando acá lo que había que garantizar era la vida y las condiciones de vida por los años que esos jóvenes pudieran llegar dentro lo difícil que ya es su situación.
Por eso lamentablemente hay que decir las cosas como son, la decisión política frenteamplista cierra Aldea de la Bondad, haciendo peligrar más de cien puestos de trabajo y la calidad de vida y la vida misma de personas extremadamente vulnerables.
Columna Diario Cambio