Por Luis Bertiz.
Otro árbol casi centenario fue abatido hace pocas horas ante el estupor y la furia de los vecinos de Arenitas Blancas que siguen viendo como avanza la depredación, dejándose de lado todas las normas y disposiciones que existen al respecto.
En este caso se trató de un eucaliptus cuyo tronco tenía más de un metro setenta de diámetro, decenas de metros de altura y una edad que fue estimada entre los setenta y cien años de edad.
Si bien rápidamente actuaron los funcionarios de Radio Patrulla convocados a través del 911, a su arribo el gigantesco árbol ya había sido talado en una zona en la que está expresamente prohibido hacerlo, al punto que tiempo atrás la Intendencia procedió a colocar numerosos carteles advirtiendo a los depredadores de la vigencia de la norma.
Poco después y también convocados por los vecinos, arribaron dos funcionarios del área de Contralor de la Intendencia, quienes ordenaron a los montaraces detener sus motosierras y quedaron de radicar la denuncia en la Seccional Policial correspondiente.
Los vecinos explicaron que en este lugar se han alambrado mas de una decenas de terrenos, ya se habían talado varios eucaliptus con anterioridad cuyas ramas y restos de troncos configuran magníficos criaderos de flebótomos trasmisores de la leishmaniasis y -el colmo- hace pocas semanas mediante la contratación de maquinarias privadas se procedió a entubar una cañada que naturalmente canalizaba las aguas pluviales hacia el río.
En resumen: se tala lo que está expresamente prohibido, se generan criaderos de flebótomos cuando estamos en medio de una emergencia sanitaria, se alambran terrenos sin la presencia y el contralor de agrimensores municipales y se canaliza una cañada sin atender las disposiciones del Código de Aguas que rige en nuestro país… ¿Hasta cuándo?