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Así es, a nosotros nos hubiese alcanzado con que nos pidieran disculpas por todas las injurias, agravios y ofensas que tuvimos que soportar. Nos hubiese alcanzado con una disculpa porque el Intendente sabe que todo lo que dijeron e instalaron sobre mi persona y mi administración es mentira, y que el resultado de la “auditoría” que mandaron hacer lo único que confirmó es lo que nosotros dijimos siempre, no hay ningún delito, no hay ilícito, no hay deshonestidad.
Nos hubiese alcanzado con una disculpa a nosotros, a nuestras familias, a quienes integraron el gobierno anterior, a sus familias y también a los buenos funcionarios de la intendencia que pusieron bajo sospecha.
Sin embargo, el Intendente decide armar un montaje mediático, para lo cual contrata a un agente externo, funcionario de la Intendencia de Paysandú. El mismo personaje que meses atrás hizo una puesta en escena similar en la puerta del Juzgado del Crimen Organizado por contratos en el Congreso de Intendentes, denuncia que ese Juzgado no recibió y quedó solo en lo mediático.
Esta vez repiten el mismo montaje comunicacional pero en Salto, anunciando denuncias a mi persona que no hicieron, fundamentados en una auditoría que no fue auditoría.
Como todos pudimos acceder al documento que la Intendencia se encargo de hacer público, donde la señora Mariela de Aurrecoechea, socia de Deloitte, dice claramente que no se hizo una auditoría, por lo tanto se denuncia en base a una auditoría que según los propios que hicieron el trabajo, no lo es. Se denuncia comunicacionalmente “hallazgos a Germán Coutinho”, mientras en la denuncia no lo hacen, pero lo más interesante es que en las 75 páginas del informe ni siquiera se nos nombra y tampoco existe la cifra que en forma mediática mencionan como faltante de dinero.
La auditoría no es auditoría, la denuncia no es denuncia, el dinero no falta, las obras están y el trabajo de la empresa que tanto mencionaron, estaba pronto hace siete meses, según lo dijo el propio denunciante.
Sí! siete meses fue lo que esperaron para denunciar algo que decían era “tan grave” y lo terminan haciendo a través de un actor externo.
Y todo esto nos lleva a la pregunta: ¿Dónde está Lima? Que fue quién empezó con estas difamaciones hace dos años, quién hizo tipificaciones de delitos y recorrió todos los medios del país con este tema. ¿A donde está ahora?… él es quien debería estar al frente de todo esto y más si lo que dicen fuera de la magnitud que plantearon.
¿Y porque no está Lima? No está porque no va ir al frente, porque sabe que esto terminará con una denuncia por difamación y simulación de delito y que eso es inexcarcelable.

Cometieron un error en acusarnos dos años sin argumentos y en vez de decir nos equivocamos y pensar en Salto, no! Resolvieron no trabajar sobre ese error, no lo quieren reconocer y les pasa lo que siempre pasa cuando se equivocan y no reconocen, el resultado termina haciendo al error mucho más grande.
Respecto al dinero y las obras que dicen que faltan, quiero dejar bien claro que no falta ni lo uno ni lo otro y explicar que a la Intendencia de Salto llegaba el dinero después de que el gobierno nacional certificaba la obra. Pero además denunciar que no se invirtió en obras con los fideicomisos, es acusar a todo el sistema financiero que trabajo en esto, es acusar a AFISA, a las Calificadoras de Riesgo que calificaron a todos los fideicomiso de nuestra administración con categoría AA. Es acusar a todo el sistema y a todas las personas que intervinieron en ello.
Es un disparate! Y ustedes me perdonan este final, pero ya a esta altura, asquea.

 

Columna Diario Cambio


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