Los migrantes tienen derecho a cursar un año mientras ultiman trámites.
Uruguay recibió más de 33.000 solicitudes de residencia en siete años. El aumento de los extranjeros con intención de vivir en el país, llevó al Ministerio de Educación a flexibilizar el acceso a la enseñanza obligatoria. La cartera resolvió que todo migrante, aun sin documentación, puede cursar hasta un año de la educación obligatoria mientras ultima los trámites.
La idea que está detrás «es que toda persona, extranjera o no, tiene el derecho a recibir educación en el territorio nacional independientemente de que cuente con la documentación a la hora de inscribirse», explicó la ministra María Julia Muñoz.
La jerarca estuvo el miércoles en la comisión de Asuntos Internacionales de Diputados. Había sido citada para que informase sobre la presunta «saturación» de los centros educativos del Chuy, en Rocha, atribuida a la mayor llegada de migrantes que cruzan la frontera seca.
«No hay un colapso y, de hecho, tampoco hubo un aumento significativo en las inscripciones de extranjeros en esa ciudad», dijo la ministra. Este año hay matriculados allí en jardines y escuelas 42 ciudadanos de otras nacionalidades; seis casos más que el año anterior.
En el liceo del Chuy apenas son diez los extranjeros y la UTU no aportó datos. En cualquiera de los casos, los brasileños representan más del 85% de los extranjeros inscriptos. Este dato hace caer la hipótesis de que el gran aluvión de cubanos que pasa por la frontera seca «hace colapsar» los sistemas de atención ciudadana. Solo hay dos cubanos en la escuela y uno en el liceo.
Aunque el sistema no haya colapsado, la dirección de Educación del MEC reconoció la existencia de algunos inconvenientes por el aumento de la migración y, por tanto, se anunció que «ya está trabajando una comisión especializada». En este sentido, el próximo martes se inaugurará un «punto de información» sobre educación para personas migrantes, que tendrá lugar en el Centro de Información Oficial (IMPO).
A esto se les suman iniciativas puntuales, como un concurso de cuentos sobre migración y derechos humanos que organizan el MEC y Plan Ceibal.
Al respecto, el diputado frenteamplista Roberto Chiazzaro, quien el miércoles participó de la reunión en el Parlamento, dijo estar «sorprendido» por «todo lo que el Ministerio (de Educación) está haciendo en materia de migrantes».
Por su parte, Primaria había decidido la creación de un grupo de trabajo sobre la temática de migrantes. En el documento fundacional se expresaba: «La inmigración es un fenómeno altamente positivo para nuestro país. Aporta dinamismo a la economía y también a la sociedad. Los uruguayos somos producto de los que tuvieron que dejar su patria en busca de una vida mejor por lo que tenemos la capacidad de comprender que migrar es un derecho, una oportunidad para el país y una apuesta hacia un Uruguay tolerante, respetuoso, democrático, solidario y humano».
Tras años de ser un país «expulsor» de población, la balanza migratoria se revirtió. Las escuelas comenzaron a notar el impacto desde 2014; aunque en los dos últimos años ha sido la mayor afluencia (sobre todo por el flujo venezolano y cubano).
Como la mayoría de cubanos ingresan por la frontera seca desde Brasil, los diputados que convocaron a Muñoz querían saber si estos migrantes terminaban radicándose en el Chuy y saturando el servicio educativo de la ciudad.
La inquietud había surgido luego de una serie de homicidios ocurridos en la frontera que llevaron a un dispositivo especial de seguridad.
INMIGRANTES:
Víctimas de uno de cada siete casos de discriminación
La Comisión Honoraria contra el Racismo, la Xenofobia y toda otra forma de Discriminación recibió, el año pasado, 28 denuncias. Cuatro de esos casos tuvieron como víctimas a inmigrantes.
En las escuelas, sin embargo, «no se nota un incremento de la xenofobia», dijo Rosita Ángelo, directora de Educación. Según la jerarca, «en el sistema educativo la preocupación está puesta en cómo lograr una mayor integración, en facilitar el acceso y en acompañar a los niños que dejan parte de su familia en el exterior».
Sí ocurren burlas, pero nada distinto a lo que pueda ser un tema de estatura, color de pelo, el uso de lentes u otra razón para excluir a un compañero de clase.
En algunos centros, la integración está siendo más acelerada por el flujo migratorio: es el caso de las escuelas del Centro y Ciudad Vieja. Aun así, no se alcanza el ritmo de Suiza, donde el 50% de liceales son extranjeros.
Fuente: El País .