Francia se metió en la historia de la Copa del Mundo en Rusia 2018 al conseguir su segundo título 20 años después. Didier Deschamps se unió a Mario Zagallo y a Franz Beckenbauer como los únicos tres que ganaron un Mundial como futbolistas y otro como técnicos.
Croacia contó con un buen arranque de Ivan Rakitic contrariamente al inicio de Luka Modric, quien se mostraba estático y errático.
Más cómodo se sentían los croatas en los primeros minutos en los que Francia apenas cruzó la mitad de la cancha ya que era bien contenido por los futbolistas rivales.
Blaise Matuidi se movía de forma diferenciada en la mitad de la cancha francesa: cuando los atacaban, ayudaba a Kanté, mientras que con la posesión de la pelota, se sumaba en materia ofensiva.
Ivan Perisic –quien había terminado lesionado en la semifinal contra Inglaterra y estaba en duda para la final– comenzó haciendo un surco por izquierda. Benjamin Pavard no podía con sus subidas y nadie lo ayudaba en los primeros 15 minutos.
Cuando no habían llegado situaciones de gol, una vez más de pelota quieta, Francia con Antoine Griezmann dueño de los tiros libres, llegó a la apertura. Un centro envenenado al área fue peinado por Mario Mandzukic hacia atrás y Francia se ponía en ventaja a los 17 minutos.
La falta de Marcelo Brozovic no había existido, pero el árbitro Néstor Pitana lo pitó. Cuando llegó el centro, Paul Pogba estaba en una posición que lindaba con el offside.
Francia no marcaba bien en el mediocampo. N’Golo Kanté no mostraba el notable nivel de toda la Copa y Croacia seguía con su libreto. Pese a el gol recibido, triangulaba con serenidad siempre con Perisic como estandarte.
En otra pelota quieta por falta justamente de Kanté sobre él, una jugada preparada llegó al punto penal. Domagoj Vida la tocó para atrás y allí estaba Perisic tapado por Kanté y otros. La abrió hacia la izquierda y le pegó con el empeine zurdo cruzado para batir a Hugo Lloris. Iban 28 minutos y los croatas habían reaccionado justo para no desesperarse con el gol en contra recibido.
Tan solo 5 minutos después, llegó un córner de Griezmann –una nueva pelota parada– y tras un cabezazo de Matuidi, el balón dio en la mano clara de Perisic. Pitana, luego de observar el VAR que se vio por primera vez en una final de un Mundial, marcó el penal y el propio Griezmann lo transformó en el 2-1. Incertidumbre en el marcador, pero dentro de un partido enorme en el ida y vuelta.
Francia no repetía el juego que lo había caracterizado hasta esta final, sobre todo, después que comenzaron los octavos de final luego de la fase de grupos. Apagados Pogba, Kylian Mbappé y Olivier Giroud, le hacía las cosas más fáciles a los croatas. Pero después de aquel gran comienzo de Rakitic, el único que se puso el equipo al hombro fue Perisic porque de Modric no se vio casi nada, otro que faltó y mucho en la primera parte.
Los croatas comenzaron con todo en el complemento. Hubo un nuevo gran comienzo de Rakitic y la pelota le quedó a Ante Rebic quien sacó un gran zurdazo. Lloris apagó el incendio tirándola al córner notablemente.
A los 51 minutos, Pogba habilitó notablemente a Mbappé para que metiera su sexta marcha por derecha, superó a su marcador Vida, pero el arquero Danjiel Subasic fue determinante con una salida a tiempo y salvar a su equipo del tercero francés.
Didier Deschamps sorprendió con una variante a los 54 minutos: le dio cabida a Steven Nzonzi en lugar del pacman Kanté. Posiblemente haya sido por la amarilla que arrastraba, pero se trataba de un futbolista fundamental en la marca de mitad de cancha. Pero el futbolista que ingresó lo hizo de muy buena forma, ordenando el mediocampo.
Y 4 minutos después llegó otro tremendo pase de Pogba para Mbappé quien desbordó por derecha. La pelota le llegó a Griezmann quien la pasó hacia atrás para Pogba. Este le pegó de derecha y tras el rebote, le acarició de zurda contra el palo. Golazo.
El partido, como se podía esperar, se abrió muchísimo para Francia porque a Croacia no le quedaba otra que ir con todo al ataque. El tema es que dejaba grandes claros en el medio y en el fondo.
Entonces sobre los 64 minutos llegó el cuarto francés. Con solo 19 años, Mbappé la colocó sobre la derecha de Subasic tras una buena asistencia de Lucas Hernandez para que Deschamps saltara del banco en su tradicional festejo.
El partido ya estaba liquidado, pero quedaba tiempo para ver el gran blooper de la final a cargo del arquero Lloris. Este intentó salir jugando desde el fondo eludiendo a Mandzukic, pero el croata se la sacó y anotó el descuento: 4-2 en 68 minutos.
Lloris quedó tocado anímicamente y Croacia volvió a crecer en su juego aunque de forma desordenada con Rakitic siempre y con la «ausencia» de Modric, quien seguía sin aparecer. En esos minutos hubo dos o tres llegadas croatas buscando el tercero y también aprovechar el momento psicológico del arquero rival. Pero no lo consiguió.
Los de Deschamps hicieron bien los deberes hasta el final y sonrieron al llevarse la Copa del Mundo de forma más que merecida ganando seis partidos y empatando uno ante Dinamarca cuando ya estaban clasificados. Fue el triunfo del fútbol ante un rival que dejó todo pero no le alcanzó.