Comparte esta noticia

 
Estamos en la antesala de un Congreso Frenteamplista, nada más y nada menos que el Congreso en el que nos posicionaremos de cara a las Elecciones Nacionales a disputarse en el 2019, en busca de un cuarto gobierno. Pero en esa búsqueda también podemos encontrar el fracaso, que no significaría tan solo un mero resultado para las estadísticas sino que traerá consigo una restauración conservadora como las que vienen experimentando Argentina y Brasil, con sus nefastas consecuencias.

Este es el marco de la discusión que hoy nos ocupa. Esta es nuestra preocupación latente: como aportar el máximo posible para ganar nuevamente el gobierno nacional y seguir en este camino de crecimiento y distribución. Mejorable por todos lados, pero crecimiento y distribución al fin.

La otra cara de la victoria es el ganar por ganar, y en esa postura permitir desviaciones que trastocan la esencia de nuestro FA. Aún ganando estaríamos perdiendo. De sobra tenemos ejemplos cercanos, con volantazos que no son esperables, que no enamoran.

Y no enamoran, porque el Frente Amplio nació para ser distinto. Nació para construir con tod@s, como hacemos con nuestros programas de Gobierno, y no para ampararnos en esa idea antifrenteamplista de un poder individual como potestad inalterable de la democracia burguesa. Las masas, los sindicatos, las organizaciones sociales y la fuerza política parecerían molestar.

La unidad de ideas y esfuerzos en los que la fuerza política sentó las bases de la victoria, parecen no pesar al momento de tomar rutas alternativas. Los acuerdos tomados en colectivo, desaparecen. Y cuando éstos se abandonan, pocas veces se retoman. Pensamos que aún estamos a tiempo de corregir el rumbo.

No basta con parecer menos malos que los Partidos Tradicionales, eso es demasiado fácil. Tenemos que ser y parecer mejores, porque sigue siendo el gobierno de l@s frenteamplist@s.

Seguiremos apoyándolo, más allá de la crítica, porque sabemos en carne propia lo que significaría para nuestro pueblo la vuelta al gobierno de blancos y colorados. La memoria de la debacle en la que nos sumieron está presente.

Es responsabilidad de la Fuerza Política marcar clara y permanentemente las malas prácticas de nuestr@s compañer@s. La metodología no es inocua, tiene ideología. Es la esencia del ser de izquierda la construcción colectiva con el movimiento popular.


Comparte esta noticia
Acción no permitida! HostingServicios.com