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Larrañaga: “Las plazas volverán a ser de las familias, no de las patotas”.

Esta mañana, el líder wilsonista Jorge Larrañaga asumió oficialmente su cargo como ministro de Interior, durante una breve ceremonia en el anexo de la Torre Ejecutiva, y como preámbulo a una reunión con el presidente Luis Lacalle Pou y los jefes departamentales de policía.

El flamante jerarca señaló la importancia de «restablecer el principio de autoridad, para que gane la sociedad en su conjunto».

«Detrás de los fríos números y de los porcentajes hay personas, historias, sueños y proyectos, que a veces quedan truncos por la delincuencia. Compatriotas que en todo el país viven situaciones para nada deseables, por la emergencia en materia de seguridad», lamentó el jerarca, sosteniendo que «los uruguayos nos merecemos vivir en paz, sin miedo, en tolerancia y con pleno respeto a la constitución y la ley».

«Quiero que los uruguayos sepan que los espacios públicos volverán a ser de todos. Las plazas volverán a ser de las familias, ya no más del brazo gordo o de las patotas», anunció el flamante secretario de Estado.

Asimismo, señaló que «la batalla madre es contra el narcotráfico», modalidad delictiva donde «está la raíz del mal».

«La droga genera el crimen, adictos, desintegración familiar, y motiva la escalada y virulencia del delito», señaló Larrañaga, enfatizando que, además de la represión, se tendrá en cuenta, «el necesario tratamiento de las adicciones».

«Hoy Uruguay tiene el peor déficit en valores, en respeto y en cultura» y una «pérdida de sentido de comunidad», expresó, asegurando una de las misiones de su gestión será «recuperar territorios que han sido abandonados por el Estado, y llevar todo el peso de la ley a las bocas de pasta base».

«Quiero que sepan que esta policía y este ministerio van a dar la cara siempre. Con los vecinos para enfrentar los problemas y dar respuestas. No le vamos a sacar el cuerpo a las responsabilidades».

«Las cárceles del Uruguay me dan vergüenza», añadió posteriormente, asegurando que «tenemos que hacer el máximo esfuerzo» en ese tema, «ya que es imposible pensar en mejorar afuera si adentro es un infierno. Pero no se puede lograr rehabilitación sin autoridad, si en las cárceles mandan los presos y no las autoridades».

«Vamos a reprimir el delito y trabajar en cárcel y rehabilitación, coordinando con los otros ministerios, con iglesias, con organizaciones sociales y familiares. La cárcel en Uruguay tiene que rehabilitar, pero no como excepción, sino como criterio humanitario, como mandato constitucional y para cortar el circuito de reincidencia», expresó.

Montevideo Portal


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