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Esperan una cosecha mayor a la del año pasado; desde el gobierno, apuntan a evitar el «desguace» del emprendimiento y garantizar su continuidad.

Con mucha expectativa, la empresa Citrícola Salteña SA, Caputto, exportadora de cítricos más grande del país, comenzó este sábado la cosecha anual de cítricos que, se espera, sea superior a la del año pasado. El inicio de la zafra, que genera miles de puestos de trabajo, directos e indirectos, fue posible gracias a una conjunción de apoyos logrados desde el gobierno que busca garantizar la continuidad de la histórica empresa y evitar su desmantelamiento.

El impulso que dio el Banco República (BROU), al conceder un préstamo de US$ 3,5 millones, posibilitó comienzo, en tiempo y forma, de la cosecha y evitar así pérdidas irrecuperables en la calidad del producto. De esta manera, la actividad, según graficó a LA REPÚBLICA la sindicalista Miriam Perdomo, presidenta del Sindicato de la Citrus que nuclea trabajadores de todo el litoral, comenzó «con un respirador artificial», en alusión al préstamo concedido.

La voluntad del gobierno y de sus distintos actores, incluido el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, es encontrar un camino que permita mantener el emprendimiento. Así lo manifestó a LA REPÚBLICA el ministro de Trabajo Pablo Mieres. Consultado sobre este proceso, recordó que desde su cartera se trabajó «muy intensamente en la redacción del proyecto de ley que significó la segunda versión del Fondo Citrícola que se aprobó el año pasado y que permitió realizar la zafra del ese año que fue muy exitosa y que abrió la puerta a una salida del riesgo de que el emprendimiento terminara en una situación de desintegración».

«Nosotros siempre pensamos que la empresa era viable y que, por lo tanto, había que acompañar ese proceso y luego también con un seguro de paro para los trabajadores citrícolas terminada la zafra», agregó. Mieres señaló, en ese sentido que, este año, el Ministerio «estaba también a disposición y, afortunadamente, no fue necesario volver a optar por el camino de una ley para el Fondo Citrícola; sabemos que la zafra está asegurada y eso nos alegra mucho y al mismo tiempo, queremos apoyar y acompañar el proceso».

Sobre la liquidación, Mieres dijo que no cree que ese sea el desenlace final sino el mantenimiento del emprendimiento. «Puede haber distintos desenlaces, pero la zafra de este año está garantizada y, por ahora, todos los actores estamos trabajando para evitar que una situación de crisis financiera notoria del emprendimiento termine con una situación de desguace o de desmembramiento de un emprendimiento. El resultado final lo veremos, pero yo soy optimista», apuntó. Consultado sobre el proceso de liquidación, Mieres afirmó que «el esfuerzo que se está haciendo por parte de todos los actores a nivel del gobierno es para encontrar una continuidad del emprendimiento.

Eso tiene muchas posibles formas, y sobre eso no voy a hablar porque no me corresponde. Lo que sí puedo decir es que el Ministerio de Trabajo ha mantenido una postura de sostenimiento a los trabajadores y por lo tanto también al emprendimiento. El año pasado, con dos medidas muy concretas: una fue presentar el proyecto de ley que permitió el Fondo Citrícola. La otra fue un seguro de paro especial para los trabajadores citrícolas que no era solo para Caputto, sino para el conjunto del sector.

Ahora estábamos a disposición de si será necesaria una nueva versión del Fondo. Afortunadamente el financiamiento de la zafra se hizo posible sin necesidad de ir por el camino de una nueva versión del Fondo Citrícola. Ahora sobre el futuro de la empresa, está todo arriba de la mesa y me consta que la voluntad del gobierno y sus distintos actores, incluido el Ministerio de Trabajo, es encontrar un camino que permita la continuidad del emprendimiento», afirmó.

Desde uno de los sindicatos vinculados al emprendimiento, el representante del gremio Utrau (Unión de Trabajadores Rurales y Agroindustriales del Uruguay), Héctor Piedrabuena, dijo a LA REPÚBLICA: «Ahora estamos más que tranquilos, la semana pasada participamos de una reunión con el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, así como también con los directivos del BROU, para saber cómo se afrontaba esta fase. Somos conscientes que se han hecho muchos acuerdos y tentativas de comenzar la zafra.

Se logró; será sin lugar a dudas una zafra muy buena, mejor que la del año pasado, en la cantidad y calidad de frutas para mí va a superar ampliamente a la de 2020». En consecuencia, Piedrabuena contó que «estamos en la coyuntura de que no había dinero para comenzar, estamos en contacto directo con Mieres (Pablo) y Uriarte (José María), también con el ministerio de Industria. Del acuerdo del pasado miércoles el ejecutivo del BROU resolvió sacar una línea de crédito para la empresa Citrícola Salteña. La garantía del mismo es la misma fruta».

Concordato y deuda con empleados

Según la integrante del Sindicato, Perdomo, «la deuda que quedó dentro del concurso no se ha pagado, en algún momento los aguinaldos y las liquidaciones de los empleados que se debían, mediante un fideicomiso que se solicitó dentro de otro, algunos trabajadores los pudieron cobrar directamente desde el Banco de Previsión Social».

En tanto, Piedrabuena afirmó que «las deudas atrasadas que la empresa mantiene con algunos trabajadores quedaron dentro del concurso viejo; por lo tanto, hay que esperar la decisión judicial, es la deuda con algunos trabajadores que comprende los años 2017 y 2018. Eso está dentro del concurso. Sí se han pagado deudas del 2019 en adelante. A la gente que se ha retirado o ha pedido la licencia se le ha liquidado los haberes en forma».

«La esperanza que tenemos por cobrar los viejos adeudos es gracias a la buena voluntad que vemos de parte de las distintas partes, hay buenas intenciones de Lideco, que es quien maneja los destinos de la empresa ahora. Los trabajadores somos parte de los acreedores y vamos a estar contemplados dentro del paquete para cobrar», informó el sindicalista.

«La crisis es multifactorial»

Desde mayo del año pasado, la empresa, fundada en el año 1945, se encuentra en proceso de «liquidación», un fallo que fue apelado desde la propia institución. El interventor Fernando Cabrera encabeza la fiscalización y administración del patrimonio de la empresa. Hasta mayo de 2020 las gestiones fueron compartidas entre Cabrera y la participación de algunos integrantes de la familia Caputto.

De allí en adelante, se decretó la liquidación de la empresa. Cabrera informó a LA REPÚBLICA que «este proceso va a terminar en una liquidación, en la rendición de los activos. La mejor forma de revisar esa liquidación es con la empresa en funcionamiento, por eso fue que se hicieron todos los esfuerzos para poder hacer la zafra y mantener las fuentes de trabajo y lograr un mejor precio y la venta de los activos». En la misma línea, Cabrera explicitó que «los últimos tres años se ha funcionado así, los otros dos años anteriores eran gracias al Fondo Citrícola, pero en este año el préstamo fue del Banco República». Agregó que la idea es «poder a fin de año hacer la liquidación o antes del mismo».

El préstamo que Caputto recibió en 2021 es el tercero que se le otorga a la empresa. Los dos anteriores fueron brindados por el Fondo Citrícola. Sobre el préstamo del BROU, Cabrera manifestó que permitirá cubrir el arranque de la zafra, hasta que se empiezan a cobrar las exportaciones. «Esa es justamente la idea de solicitar este préstamo: que se pueda arrancar y cubrir esos períodos que quedan en negativo y después en los meses de setiembre, octubre y noviembre está previsto que se devuelva el efectivo», afirmó.

«Nosotros como síndicos hicimos la solicitud al Poder Ejecutivo, después se decidió que el financiamiento de la zafra sea mediante el Banco República. Lo hicimos para salvaguardar lo que es el valor de los activos». Por otra parte, indicó que Citrícola Salteña es una empresa que ha atravesado por muchas circunstancias. «Este es un negocio que depende mucho de los precios internacionales y de las condiciones de exportación que generen la espalda financiera para iniciar la zafra a tiempo, cosa que no siempre se podía hacer. Hubo temas climáticos que han incidido, es decir, que no se puede identificar un único factor como causante de la crisis, esto es multifactorial».

Caputto: «Sin comentarios»

Por parte de la familia fundadora, Caputto, LA REPÚBLICA se comunicó con Eduardo Caputto, para consultarlo sobre este particular, quien declinó efectuar declaraciones en este momento. «Por la situación que se encuentra la empresa de intervención con sindicatura de Lideco, no puedo dar ninguna nota, ni hacer ninguna declaración pública; por ahora, sin comentarios», sentenció.

La historia detrás de la naranja salteña

El inicio de la vida de Citrícola Salteña SA, con más de 75 años de historia, surge en el acto fundacional esgrimido por los hermanos Eduardo y Francisco Caputto en el año 1945 en el departamento de Salto. El núcleo familiar Caputto fue siempre la accionista mayoritaria de la empresa, si bien existe la excepción de que entre 1999 y 2009 un 33% estuvo en manos de la citrícola argentina San Miguel. En el correr de los años por distintos factores, el endeudamiento insostenible de la firma desembocó en su presentación al concurso de acreedores y la Justicia designó a la Liga de Defensa Comercial (Lideco) como interventor.

Tras algunos intentos frustrados de acuerdo entre la mayoría de ellos, finalmente, el Juzgado Letrado de Primera Instancia de Concursos de Primer Turno resolvió «la disolución de Citrícola Salteña SA y el cese de sus administradores», designando como síndico a Lideco. La deuda de la empresa antes de esta zafra, en mora con el BROU, se aproxima a los US$ 9,8 millones, aunque también hay saldos deudores con otras entidades financieras privadas.

La República


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