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La dislexia es un trastorno especifico del aprendizaje (TEA), caracterizado según el DSM-IV por una lectura por debajo del rendimiento esperable, lo que desencadena en un bajo rendimiento académico. Este trastorno del neurodesarrollo dificulta el reconocimiento de palabras, lo que se acompasa con una lectura lenta e insegura, y una escasa comprensión de lo leído.


Se estima que afecta a uno de cada diez niños/as provocando el fracaso escolar, por lo cual la detención temprana es necesaria para establecer estrategias y mejorar el aprendizaje.

Existen algunos indicadores que podrían poner a las familias en alerta como, el retraso en la adquisición del lenguaje, las fallas articulatorias, dificultades para aprender los nombres de las letras o los colores, fallas al secuenciar sílabas y otras secuencias verbales, así como direcciones o números de teléfonos.


Los defectos en el procesamiento fonológico acarrean dificultades en el aprendizaje de la lectura, ayudarlos desde antes con el reconocimiento de letras, el aprender rimas o canciones es sumamente beneficioso.

Otra característica que podemos notar, son las dificultades viso perceptuales por ejemplo en los movimientos de seguimiento y exploración visual.

Entre los errores más comunes podemos ver errores gramaticales al leer, intentos por adivinar frases tras la lectura de solo algunas palabras, cambiar las palabras identificando solo la letra del comienzo de la misma, escasa fluidez en palabras extensas y/o poco usadas, omisiones o adiciones de palabras. Y los errores comúnmente conocidos como los especulares como cambiar la p por q, los direccionales como escribir la por al, los sustitutivos como escribir mas en lugar de mes, y las equivalencias fonológicas como cambiar j por g.

La dislexia se asocia con signos neurológicos blandos (SNB) los cuales son indicativos de interrupciones generalizadas en las redes neuronales de áreas cortico-subcorticales. Lo que dificulta por ejemplo el reconocimiento de los dedos de las manos, confusiones en la lateralidad, es decir confusión derecha – izquierda. Pueden presentarse movimientos parásitos, es decir movimientos involuntarios llamados sincinesias, y dificultades en el seguimiento visual.

Como vimos más arriba, presentan dificultades de seriación tanto sea en letras, números y meses, también en la lectura de las agujas del reloj y fallas en el manejo de las dimensiones espaciales (arriba – abajo).


Se pueden distinguir dos tipos de variantes en la dislexia, según el componente neurológico afectado. Pueden ser fallas en la lectura las cuales resultan de dificultades en el procesamiento auditivo, en la segmentación fonológica (es decir en dividir las palabras según los sonidos), y en la habilidad de relacionar grafemas y sus correspondientes sonidos. O pueden ser fallas en la lectura a causa de fallas el procesamiento viso – perceptual, lo que dificulta la habilidad de explorar de manera ordenada un texto, y reconocer simultáneamente los grafemas de cada palabra.

Resumiendo, podemos decir que existen al menos dos defectos cognoscitivos, uno lingüístico y uno viso-espacial que pueden incapacitar o retrasar la adquisición normal y esperable de las habilidades de lectura. (La dislexia fonológica es mas frecuente que la viso-espacial). Por tanto, la dislexia no es una alteración especifica en la adquisición de la lectura, ya que ésta es apenas una manifestación particular de uno o más defectos cognitivos esenciales que resultan en fallas en el aprendizaje de la lecto – escritura.

En el diagnostico se debe evaluar: las características cognitivas generales para descartar un bajo nivel intelectual. Las habilidades del leguaje y las viso – espaciales relacionadas con la lectura y escritura como la conciencia fonológica, la pronunciación, la memoria verbal, el vocabulario y la semántica, la sintaxis, la expresión verbal de ideas y la rapidez de denominación. Evaluar las habilidades viso – espaciales como la síntesis visual, el rastreo ocular, la orientación espacial y la integración y análisis visual.

En cuanto a la lectura se debe evaluar la decodificación de palabras, la velocidad lectora, la comprensión lectora tanto de textos como de oraciones, y observar la frecuencia y los tipos de modificaciones al leer. En cuanto a la escritura: la ortografía, el uso de signos de puntuación y la separación de palabras, la expresión escrita y la caligrafía.

En Ágilmente trabajamos desde la metacognición, es decir ayudamos a pensar sobre sus pensamientos y las formas de aprender, buscando que cada niño/a tome conciencia y se involucre en sus propios procesos, y en este caso, tome conciencia de como esta construido el lenguaje. El entrenamiento en la reflexión sobre las características del lenguaje ayuda al niño/a a mejorar su desempeño en la lectura.

ÁGILMENTE un espacio pensado para aprender jugando

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Diario EL Pueblo


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