Comparte esta noticia

Por Gustavo Chiriff. Muchas veces hemos escuchado o leído sobre algo relativo a que todavía no es tiempo político o ya estamos en tiempos políticos. ¿Y en realidad que es el tiempo político?
Este concepto adquiere una subjetividad vinculada al individuo, pero también a los colectivos, que depende sobre todo de las relaciones sociales, económicas y propiamente políticas, en un momento determinado, inmerso en la sociedad que vivimos.


Podemos hablar de la conveniencia de tratar un tema, de elaborar una estrategia, de una acción política, ya sea programática o electiva y siempre valoramos si están dados los tiempos políticos para realizar la misma. Esa valoración, que para nosotros es colectiva y no individual, es una construcción de las realidades con las cuales convivimos y a las cuales queremos cambiar. En estas definiciones sobre todo pesa la experiencia adquirida en la militancia política, que nos proporciona un “olfato” más cabal, pero no por ello exacto, de por dónde ir o que hacer. En lo particular, esta valoración, lleva una gran confianza con los compañeros que están a nuestro lado militando, la valoración de su opinión fraterna, de saber que miramos el bosque y no el árbol.


Esta conceptualización de una forma de entender una parte de los denominados tiempos políticos, también influye lo ideológico y el compromiso político de cada uno, desprendido de intereses personales o inmediatos, es decir definir lo que es más conveniente para el colectivo y no para el individuo. En esta dimensión, quizás más difícil de entender para algunos, los tiempos políticos no pasa a ser una definición externa, si no de discusión interna.


La otra conceptualización de los tiempos políticos, tiene que ver con el desgaste que se da en la actividad política por parte de algunos individuos, los cuales no por un tema de edad, si no por haber perdido, en algunos casos credibilidad y en otros por sus propias acciones que no están a la altura de lo que sus simpatizantes esperan, dejan de generar simpatía en una masa importante de militantes, en donde se lo catalogan de que ya paso su tiempo político. Algunos, aun sabedores de esta definición, insisten en seguir en batalla, a pesar de sentirse cada vez menos rodeado de compañeros. También es justo decirlo, que hay otros que ven estas señales y comprenden que su tiempo político expiró y es hora de pasar a otro escalón en la militancia y con dignidad lo asumen y siguen aportando.


No es fácil interpretar estas formas de los tiempos políticos, pero sin dudas que el individualismo no ayuda, las decisiones correctas son las que se toman rodeados de camaradas y compañeros, de aquellos en que confiamos políticamente.


Comparte esta noticia
Acción no permitida! HostingServicios.com