Las últimas cifras señalan que más de 650 mujeres habían declarado en algún momento del embarazo que estaban en situación de consumo de drogas.
INAU registra desde el año 2020 más de un caso por año de niños que debieron ser hospitalizados por ingesta de droga. Asimismo, la cifra aumenta en mujeres que consumen durante el embarazo.
El fenómeno es universal y no se trata únicamente de la condición de droga en sangre, sino el ambiente de crianza.
Durante las consultas hay un porcentaje de madres que declara haber consumido alcohol, tabaco, o sustancias ilícitas antes del embarazo.
Las últimas cifras señalan que más de 650 mujeres habían declarado en algún momento del embarazo que estaban en situación de drogas.
«Lo importante es cambiar el ámbito de crianza y ahí hay dos condicionantes: uno es que en ese grupo de madres tenemos también el dato de que, según declaran, no fue intencional y no estaban buscando al niño en un 70% cuando eso en la población general corresponde a un 35%, o sea el doble de madres que no tienen intencionalidad», explicó el doctor José Díaz Rosselló.
En tal sentido, el médico dijo que estas mujeres «en situación de drogas y de violencia tuvieron un embarazo que no era lo que habían planificado para su vida y deberían tener acceso antes de que se produzca el embarazo a una planificación que le de la tranquilidad, ya sea con implantes o con DIUs, a diferir ese embarazo hasta el momento que ya esté en situación de criar».
Desde el punto de vista médico, el profesional explicó la afectación que puede tener en el niño que la madre sea consumidora de drogas.
«El impacto es en la potencialidad de desarrollo que pierde. Uno necesita un niño bien criado, la reproducción no solamente es tener un hijo, es criarlo bien», señaló.
Rosselló agregó que «la salud mental depende de cómo una persona es criada desde el primer día de vida».
«La antropología lo dice claro: el mayor estrés y adversidad inicial está dado por prácticas de crianza que no son las que el niño necesita, sea el abandono, el depositarlo en un hospital en espera de que algún juez decida o estar en un ambiente de violencia en donde el niño no tiene la posibilidad de expresar su máximo potencial de desarrollo», resumió el especialista.
El doctor aseguró que «no hay un efecto farmacológico de la droga, es un efecto ambiental».
Telenoche