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El secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, sostuvo que la segunda fase del proyecto de renovación del complejo hidroeléctrico de Salto Grande consiste en una obra de ingeniería binacional, con la que se asegura el futuro y se procura el desarrollo regional. El plan, presentado este jueves 20, implica el reemplazo de las 14 turbinas que conforman la represa sin detener la producción de energía.

En la instancia también participaron los ministros de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini; Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero, y Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres. Asistieron, además, la presidenta de la UTE, Silvia Emaldi; su par de la delegación argentina ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, Luis Benedetto, y el titular de la de Uruguay, Carlos Albisu.

El objetivo de esta iniciativa es extender la vida útil del complejo hidroeléctrico de Salto Grande, mantener la capacidad operativa y de producción, y asegurar la eficiencia y la seguridad para los próximos 40 años. Para ello, se reemplazarán las 14 turbinas que lo conforman, a un ritmo de una por año, mientras la represa continúa generando energía.

Según la referida comisión, entre los trabajos previstos para la segunda fase, se incluirá la renovación de los sistemas hidromecánicos del vertedero y la casa de máquinas, el recambio de los de izado, la modernización de los sistemas auxiliares mecánicos y eléctricos, los de control y el reemplazo de los transformadores principales.

En términos económicos, la inversión total para el plan de renovación, en tres etapas, será de 1.000 millones de dólares y se conformará de aportes de los gobiernos argentino y uruguayo y el financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La ejecución de la segunda fase rondará los 150 millones de dólares.

Durante su intervención, Delgado señaló que la modernización de la represa requerirá la inversión más importante en la historia del Uruguay en materia energética, que se traduce en una obra de ingeniería binacional, que asegura el futuro, riqueza y estabilidad, y apuesta a la integración y el desarrollo regional. El jerarca agregó que este plan integra una política nacional “con luces largas”.

En tanto, Paganini consideró que la estabilidad como país, la trayectoria de respeto al ordenamiento jurídico y la democracia plena son elementos que posibilitan las obras a largo plazo.

Emaldi sostuvo que la UTE percibe en Salto Grande un socio estratégico para el país y la región, que responde a la intención de brindar un mejor servicio a los clientes y más eficiencia en cuanto a los costos. Recordó que entre el 30% y el 50% de la energía que se consume en Uruguay proviene de allí y añadió que el proyecto de modernización coincide con los pilares del Consejo Mundial de Energía: la sostenibilidad ambiental y la seguridad energética.

En otro orden, Albisu explicó que durante esta segunda fase trabajarán tanto empresas nacionales como internacionales. En la actualidad, unas 200 personas realizan tareas en el proyecto y se prevé alcanzar las 800 en el proceso. Asimismo, informó que esta etapa, que se desarrollará entre 2023 y 2029, incluirá un fuerte componente ambiental, con el que se procura la recuperación de la costa en ambos márgenes del río Uruguay.


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