El Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) y el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) y la Corporación Nacional para el Desarrollo, que en 2019 constituyeron un Fideicomiso de Administración denominado Fideicomiso Radares, convocaron a licitación pública para la adquisición de tres radares meteorológicos del tipo Doppler, uno de los cuales se ubicará en el centro del departamento de Salto, en la localidad de Biassini, a 85 kilómetros de la ciudad de Salto. Los otros dos se ubicarán en Ismael Cortinas, en Flores y en Pirarajá, en Lavalleja. El llamado es internacional y tiene por objeto la adquisición, instalación, capacitación y mantenimiento de hasta tres radares meteorológicos en Uruguay, de la banda C y con tecnología de doble polarización y pulsos Doppler, que por ejemplo permite la detección de tornados activos o en formación. La apertura se realizará el 15 de abril. La decisión para concretar la compra fue tomada, se establece en el pliego de condiciones, desde que “la República Oriental del Uruguay se encuentra dominada por un clima templado de latitudes medias con múltiples condiciones meteorológicas que generan amenazas con un alto impacto en la población, sus bienes y para el sector productivo. Particularmente, esta región se ve influenciada por fenómenos meteorológicos extremos que alcanzan características de tormentas, en algunas ocasiones severas, que generan eventos extremos de precipitación, actividad eléctrica, granizo, tornados y vientos intensos. En la actualidad las redes de radares meteorológicos, según la Organización Meteorológica Mundial, son una herramienta esencial en los servicios meteorológicos de todos los países del mundo para la detección de convección húmeda profunda la cual puede conducir a episodios de alto impacto en la población”.
Estableciendo una red de radares meteorológicos es posible avanzar en la detección de estos fenómenos a fin de mejorar el tiempo de respuesta, lo cual permite movilizar un mayor número de recursos a las posibles áreas afectadas y por ende un menor impacto en la población y en el sector productivo. “Mejorar la calidad de los pronósticos meteorológicos y contar con los mismos con los plazos más amplios posibles son pilares fundamentales en la optimización de recursos y minimización de pérdidas sociales”, indica el pliego. Explica asimismo que “las mediciones que se realizarán a través de estos radares se utilizarán con fines operativos y también para investigación y desarrollo, con el objetivo de monitorear fenómenos meteorológicos, la identificación y cuantificación de áreas de precipitación con alta resolución espacial y temporal, así como la detección, cuantificación y monitoreo de sistemas meteorológicos severos. Este proyecto busca sentar las bases de un proceso de construcción y crecimiento nacional a largo plazo, apoyado por la sinergia entre las instituciones que componen todos los eslabones de la cadena de decisión, a fin de mejorar el tiempo de respuesta de la alerta, proveer información de calidad de los sensores remotos y pronósticos numéricos; promover el desarrollo de nuevas técnicas operacionales en el país, su implementación y entrenamiento de los recursos humanos a fin de mejorar la generación de alertas mejorando el tiempo de respuesta”.
EL EFECTO DOPPLER
El efecto Doppler –descubierto por Christian Doppler en 1842 quien observó la curiosa interacción entre las ondas cuando aparecen cambios de frecuencia–, de hecho se utiliza en los radares que aplican multas de tránsito. En el caso del radar meteorológico se utiliza para minimizar los impactos de las amenazas meteorológicas. Emite pulsos de energía en forma de ondas electromagnéticas que viajan por la atmósfera. Durante su propagación, las ondas colisionan con objetos tales como gotas de agua, piedras de granizo, partículas y parte de la energía es reflejada en la dirección del radar. Alterna períodos de emisión con períodos de “escucha”, en los cuales mide la energía procedente de los reflejos, conocidos como ecos o retornos. A partir del eco recibido, el radar Doppler es capaz de identificar la dirección del objeto que produjo el eco, que es la misma en la que se encontraba la antena cuando se emitió el pulso; la distancia al objeto, que se calcula teniendo en cuenta el tiempo que tarda el pulso en alcanzarlo y el eco en retornar (ambos viajan a la velocidad de la luz); el posible movimiento del objeto, bien en la dirección del radar o alejándose de él. La detección del movimiento se realiza midiendo la fase de la onda reflejada (efecto Doppler); el tipo de objeto: lluvia moderada, lluvia, granizo. El radar Doppler realiza un barrido horizontal de 360 grados para enviar energía y medir ecos en todas las direcciones del horizonte. Además, este barrido se realiza para diferentes inclinaciones de la antena medidas en grados, para permitir que los haces de energía alcancen diferentes altitudes y detecten los precipitaciones que se registran en cada una de ellas. En el caso de los que se comprarán en Uruguay, su polarización dual transmite y recibe los datos con orientación horizontal y vertical, lo cual permite captar imágenes más completas de los blancos atmosféricos. Están diseñados para detectar la dispersión producida por blancos de tamaños específicos dentro de una distancia aproximada de 200 kilómetros del instrumento.
El Telégrafo