Fundó los diarios Página/12 y Crítica de la Argentina, y creó programas de televisión como Día D, Periodismo Para Todos y Lanata Sin Filtro.
El periodista argentino Jorge Lanata falleció este lunes 30 tras pasar más de seis meses internado en el Hospital Italiano de Buenos Aires.
En junio ingresó para hacerse estudios y luego tuvo alguna salida puntual, pero ya no volvió a recuperarse. En setiembre entró a CTI por una neumonía y el panorama se fue volviendo cada vez más delicado, hasta que el 27 de diciembre pasado su estado de salud se agravó definitivamente.
En la jornada de este lunes 30, a sus 64 años, falleció.Siempre polémico, Lanata se desempeñó como periodista en todos los medios.
Fundó los diarios Página/12 y Crítica de la Argentina, creó programas de televisión que marcaron época, como Día D, Periodismo Para Todos y Lanata Sin Filtro.
Fue líder en la radio durante más de una década, realizó documentales, escribió diversos libros de ficción y no ficción, y hasta fue primera figura de una revista en el Maipo, repasa Infobae en su obituario.
“Fue el periodista más influyente de la Argentina en las últimas décadas”, asevera el medio citado. Para Clarín, Lanata fue “el periodista que marcó una época y dejó una huella imborrable en los medios”.
“Supo adaptarse y posicionarse a la vanguardia en todos los géneros del periodismo, gráfico, televisivo, radial, plataformas multimedia, ciclos documentalistas y de investigación. Brilló en todos ellos, pero sería en su cruzada contra la prepotencia del kirchnerismo donde encontraría sus más altos niveles de coraje y excelencia”, señala Clarín.
El obituario de La Nación lo describe como “irreverente, caprichoso, histriónico, valiente, siempre lúdico y audaz”.
“Lanata se hacía notar con su figura voluminosa, su lengua mordaz y su mirada triste”, dice, y agrega: “Irrumpió muy joven en el escenario mediático que supo dominar hasta su último aliento, con su estilo tan lúdico como audaz”.
Las graves enfermedades que castigaron su cuerpo —neumonía, arritmias, bloqueo del nervio femoral, trasplante de riñón y hasta un leve infarto— no fueron un obstáculo para seguir adelante con su vorágine laboral, recuerda La Nación. Tampoco para que abandonara su vicio de fumador empedernido ni aun cuando estaba en el aire.
Sufrió apneas, diabetes, Gripe A y hasta debió movilizarse en silla de ruedas o con bastón. “Estoy vivo de pedo”, reconoció en 2019.
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