Nacional extendió la buena racha clásica que ostenta hace casi dos años y conquistó su tercera Supercopa Uruguaya al vencer a Peñarol 2-1 en el Estadio Centenario, donde otra vez empezó algo dubitativo y aprovechó su mejor momento para marcar una diferencia que luego supo defender a pura personalidad.
Los carboneros buscaron imponer condiciones en el comienzo, se plantaron en campo rival y fueron algo más en los primeros 15 minutos. A los 9’, tras un centro de Lucas Hernández desde la izquierda, Jaime Báez conectó una volea que obligó a Luis Mejía a lucirse. A los 18’ volvió a destacarse el arquero panameño ante un disparo de Leonardo Fernández.
Recién a partir de los 15’ se animó un poco más con la pelota el conjunto tricolor, a partir de la pegada de Nicolás Rodríguez para distribuir en el mediocampo y las subidas de los laterales. Probó Jeremía Recoba con un remate fácil a distancia que contuvo Guillermo de Amores, y a los 23’ no pudo definir Gabriel Báez en posición de gol tras una descarga de Bruno Damiani de espalda.
El partido ganaba en fricción con el correr de los minutos. Hubo más amonestados que jugadas de gol en la primera media hora, hasta que a los 39’ abrió la cuenta Nacional. Una polémica mano de Rodrigo Pérez en el área de Peñarol, sancionada a instancias del VAR tras varios minutos de revisión, le permitió a Nicolás López anotar de penal.
El nerviosismo se apoderó del equipo carbonero y desató al tricolor, que cinco minutos después del 1-0 metió el segundo. Tras un rebote de un tiro libre que ejecutó y dio en la barrera, el Diente López volvió a poner el balón en el área y lo capitalizó Recoba, quien controló de pecho ante la mirada del fondo rival y definió con un gran derechazo bajo.
Para el complemento, Peñarol salió decidido a posicionarse en campo rival y entró con los ingresos de Pedro Milans y Diego García por Damián Suárez y Lucas Hernández. No obstante, su tenencia de pelota fue inofensiva, con Leonardo Fernández bajando demasiados metros a pedirla y Maximiliano Silvera sin recibir juego en el área, donde lo neutralizaron Sebastián Coates y Julián Millán.
El trámite estaba controlado por el equipo de Martín Lasarte, hasta que a los 71’ redujo la diferencia el de Diego Aguirre. El recién ingresado Javier Cabrera centró por bajo desde la derecha y en el corazón del área apareció Diego García para batir a Mejía con un derechazo potente y esquinado. El panameño respondió muy bien ante otro intento de García a los 78’.
En el tramo final se jugó muy poco. Primero las bengalas de sui misma hinchada lanzadas a la cancha frenaron a Peñarol con la detención del juego, y luego un tumulto que terminó con dos expulsiones por bando a partir de un choque entre Diego Herazo y Rodrigo Pérez. Los últimos minutos transcurrieron entre centros desesperados al área de los tricolores, que defendieron de buena manera.
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