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La Justicia imputó a un hombre de 49 años que en la madrugada de la víspera mató a un delincuente que irrumpió en el patio de su casa y simuló llevar un arma. De acuerdo a los datos recabados por EL TELEGRAFO, que amplían lo vertido por Jefatura en un comunicado oficial, próximo a las 3 de la madrugada un vecino de la zona del Liceo 2 se despertó al escuchar ruidos en el techo. Al salir a recorrer para ver qué estaba pasando, se encontró con un desconocido junto al ventanal que da al fondo de la casa, al que le gritó que se fuera. Paralelamente, salió hacia el patio para correrlo y asegurarse que se hubiera ido, pero el delincuente seguía en el lugar, comenzó a insultarlo y se le tiró encima con intenciones de agredirlo.

El dueño de casa, que llevaba un arma, efectuó dos disparos mientras le gritaba para ahuyentarlo. En ese ínterin, el sujeto –posteriormente identificado como Juan Carlos Miranda Frencia– subió una escalera hacia la azotea. Al llegar arriba, giró haciendo ademanes y simulando extraer un arma desde un morral que llevaba. En ese momento, el dueño de casa vio que el delincuente sostenía algo que brillaba, por lo que pensó que podría tratarse de un revólver y le gritó “¡No, no me mates!” y en respuesta a lo que supuso sería un ataque, efectuó otros dos disparos hacia el intruso.

Al ver que éste salió corriendo hacia el techo, perdiéndose de vista, el propietario entró a su casa y comenzó a escuchar más ruidos por lo que supuso que se trataría de algún cómplice. Se asomó para espantarlos y al subir a la azotea encontró al hombre caído y con escasos signos vitales por las heridas que finalmente lo llevaron a la muerte.

Asustado por la escena, el hombre entró a su casa y dio cuenta al servicio de emergencias 911, haciéndose presente de inmediato personal policial. Al arribar, los uniformados constataron que el fallecido se trataba de Juan Carlos Miranda Frencia, de 28 años, conocido por sus andanzas delictivas y poseedor de numerosos antecedentes penales por hurto, entre otros. Asimismo, actualmente tenía una tobillera electrónica por una causa de violencia doméstica por la que había sido penado recientemente. Posteriormente arribaron autoridades de Jefatura y del Departamento de Policía Científica, quienes recabaron las pruebas necesarias.

Asimismo desde la Fiscalía se dispuso que el occiso fuera trasladado hacia la morgue para efectuarse la autopsia correspondiente, que se tomara testimonios a los vecinos y el dueño de casa permaneciera detenido. Al mediodía, el matador, carente de antecedentes penales, fue conducido a la sede judicial donde en audiencia judicial llevada a cabo por el juez subrogante del Juzgado Letrado en lo Penal del 8° Turno, dispuso imponerle por el plazo de 90 días el deber de fijar domicilio y no modificarlo sin dar inmedia

El Telégrafo


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