Ante las versiones que circulan en los medios de prensa en relación al taller realizado en el Liceo Departamental de Salto –Instituto Politécnico Osimani y Llerena— las integrantes del Grupo de madres de Salto, organizador de dicho taller, queremos realizar las siguientes consideraciones:
En primer lugar queremos aclarar que se ha tergiversado la información que ha trascendido, respecto a dicho taller, cuyo tema central fue la responsabilidad en el uso de la sexualidad.
La realización del taller fue motivada por la preocupación que nos genera el drama al que muchas veces se enfrentan nuestros hijos a la hora de tomar difíciles decisiones y encontrarse que no tienen ni la información suficiente ni las herramientas necesarias para hacerlo, más aún cuando muchas de esas decisiones a tomar marcarán sus vidas.
Como madres, constatamos la falta de conocimiento de nuestros hijos y sus pares, de diferentes aspectos y consecuencias de las decisiones vinculadas a su vida sexual. Desde la educación formal muchas veces los contenidos se limitan a una información técnica reducida a la genitalidad, pero no se habla de la dimensión afectiva de la persona. En definitiva, se deja a los jóvenes solos en el camino de madurez de su vida sexual y afectiva.
Esta inquietud nos movilizó a proponer un taller donde se valoraran e integraran todas las dimensiones de la persona, para que estas realidades pudieran quedar contempladas en la toma de las decisiones.
El taller en cuestión se realizó en el mes de junio pasado, con alumnos de 5o y 6o del liceo. En este, se les planteó a los jóvenes la importancia de tomar decisiones con responsabilidad ante el ejercicio de la sexualidad y de asumir que toda decisión conlleva consecuencias y responsabilidades. Entre estas, se mencionó la posibilidad de que pudiera sobrevenir un embarazo no planificado, la posibilidad legal de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), la importancia de conocer todo lo que esto implica y sus posibles secuelas, y demás elementos que han de conocerse para tomar una decisión informada.
Creemos que los jóvenes de esa edad necesitan y tienen derecho a tener la más amplia información, sobre los temas a los que deberán enfrentarse, ya que tener información les permitirá poder elegir con reflexión y libertad responsable, que quieren para su vida.
Destacamos que el taller fue aplaudido por los estudiantes y algunos se acercaron a agradecer esta posibilidad y el abordaje dado a los temas tratados.
Frente a las tergiversaciones y falsedades que se plantearon en los medios de prensa, deseamos aclarar que:
• No fue una «jornada de capacitación en contra del aborto», sino un taller para hablar de la afectividad y la sexualidad desde un enfoque integral, basado en datos científicos y en la experiencia personal como padres. No fue un debate, sino un taller interactivo y participativo.
• No fue «en contra del aborto». Ni se planteó ninguna postura, ni contra el aborto, ni a favor de este. De hecho, se dijo que la interrupción voluntaria del embarazo estaba contemplada en la ley, y era por tanto, una opción válida legalmente para quienes quisieren interrumpir un embarazo. Se explicó sí, que el aborto no debe ser tomado como un método anticonceptivo y lo han manifestado en reiteradas oportunidades las autoridades del gobierno.
• De ninguna manera se trató de adoctrinamiento. En ningún momento se intentó adoctrinar a nadie, como tampoco se cuestionó la legislación uruguaya vigente en relación al aborto, sino que se dio simplemente información científica y datos reales, complementando el marco curricular.
• No se habló de anticoncepción.
• En ningún momento se habló de religión. En la charla se aclaró que se hablaba desde la biología y desde una perspectiva humanística, dejando totalmente de lado cualquier religión y postura filosófica sobre los temas desarrollados y respetando absolutamente la laicidad, uno de los principios rectores de nuestra educación.
• El taller se llevó a cabo siempre dentro de un ámbito de libertad, respeto y neutralidad, buscando aportar elementos que muchas veces se omiten dentro de los currículos oficiales, para que los jóvenes puedan formar libremente su propia opinión.
Por lo tanto, todo lo demás que se ha dicho es parte de una mala información o manipulación con dudosa intencionalidad.
Si, es verdad, que finalizado el taller, sucedió un hecho no previsto: habiéndose retirado la mayoría de los alumnos y la Sra. Directora, mientras quienes impartimos el taller recogíamos nuestros materiales, algunos estudiantes retornaron al aula y solicitaron material adicional para realizar un trabajo de una asignatura. Dado que no estaba planificado entregar material, a los que así lo solicitaron, les entregamos folletos del crecimiento de la vida intrauterina que nos fueron obsequiados. Dentro de este material, se encontraba el folleto rojo que circula en las redes, cuya entrega no estaba prevista, y que no había sido compartido con la Sra. Directora.
A los estudiantes que lo solicitaron, también se les dio una maqueta en yeso de un feto de 10 semanas. Se trata de una representación de una etapa del desarrollo uterino, como la que se puede encontrar en la sala de ciencias, en los videos de la National Geographic o en un libro de biología.
Lo relatado anteriormente fueron los hechos tal y como se dieron. Llama la atención las falsedades de las declaraciones y la tergiversación de lo ocurrido.
Llama la atención que la Diputada Mutti, quien hace las denuncias, no presenció el taller, ni es madre de un alumno que lo haya presenciado, ni corroboró mínimamente cómo se sucedieron los hechos.
Llama también la atención que los alumnos que aparecen como denunciantes en la foto que trasciende en la prensa, en su mayoría ¡no son alumnos que estuvieron en el taller y muchos ni siquiera son alumnos del liceo en cuestión, habiendo en algunos casos egresado del mismo hace años.
Consideramos que nuestra educación debe ser laica y tolerante, y debe ayudar a los jóvenes en la toma de decisiones responsables, brindándoles todos los elementos necesarios que les ayuden a discernir.
Debiéramos todos coincidir en esto último, entonces, ¿Cuál es el temor a que nuestros jóvenes reflexionen a partir de una amplitud de información en un entorno tolerante y diverso?