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La ex senadora afirmó que si bien nunca falsificó la firma inicial del caso de patria potestad, cometió errores por creer que existía un acuerdo. «Debo hacerme cargo», dijo.


Michelle Suárez, procesada por el caso de falsificación de firmas en la Justicia, concedió una extensa entrevista al programa Todo pasa, de Océano Fm, en la que habló de su condena, su arrepentimiento por lo sucedido y cómo es su vida bajo prisión domiciliaria.

«Me siento atormentada. Mi vida es igual que antes (de la prisión domiciliaria), pero la única diferencia es algo interno. A veces es difícil expresar en palabras, porque no hay nada más irracional que las emociones. Yo solo sentí tanto dolor y angustia como ahora cuando falleció mi madre», contó al periodista Mariano López.

«Cuando alguien se enfrenta a sus propios actos tiene dos caminos: enfrentarse a su conciencia o asesinarla. Yo elegí el camino de enfrentarla. Y eso implica que cuando vos reconocés errores debés entablar una reconciliación. Y eso es algo que se hace en tu fuero interno», dijo, en alusión a la carta de renuncia y disculpas que envió al Partido Comunista.

«Yo siento que defraudé sobre todo a personas que ya no están, como mis padres», reflexionó luego.

Suárez aclaró, en relación a los casos de falsificación, que «en cuestiones como estas no existen motivaciones económicas sino personales», en el sentido de que creyó que podía ayudar a personas en momentos dolorosos, no obtener dinero. Sin embargo, señaló que no falsificó la firma inicial que dio origen al caso de pérdida de la patria potestad y que su primer error fue creer en lo que le decía su clienta, que ya tenía un acuerdo con su ex pareja por la patria potestad de su hijo.

«Esa firma jamás la falsifiqué, por eso el expediente sigue abierto, porque no se sabe quién la falsificó. No tiene que ver con mi accionar. Por eso creía que había un acuerdo, pero luego se notó que no existía. Y tomé decisiones totalmente erróneas, por las que recibí un castigo», agregó.

Con respecto a las disculpas para quienes afectó con su accionar, apuntó: «Mis explicaciones ya se las di a las personas; nunca hubo malas intenciones, pero de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Se cometieron errores y uno debe hacerse cargo. Yo ya me hice cargo y pedí disculpas a todos los involucrados».

Explicó también que estaba pasando por un muy mal momento emocional cuando ocurrieron los hechos. «No estaba en condiciones de tomar ciertas decisiones, me equivoqué», dijo.

Con respecto a las mentiras dichas ante la Justicia, dijo a Todo pasa que mintió porque tuvo pánico. «Pero luego quise decir todo exactamente cómo pasó», agregó.

«Mi vida pública terminó. Es una enorme responsabilidad estar en la esfera pública» dijo, tras asegurar que se le insistió mucho para que perdiera el anonimato, algo de lo que dudaba.

Consideró una «oportunidad truncada» su paso por el Parlamento, por su propia culpa. «Debo sufrir los castigos que merezca e intentar aprender de mis errores. Debo pedir disculpas y tratar de sobreponerme», concluyó.

Fuente: Montevideo Portal.


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