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En octubre del año pasado se inauguró el primer costurero del interior para personas privadas de libertad en la cárcel de Salto (Unidad 20). En el marco de un convenio entre el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), el Instituto Nacional de Eempleo y Formación Profesional y el Sindicato Único de la Aguja se capacitó a alrededor de 60 personas privadas de libertad, tanto mujeres como varones. Esta experiencia, que comenzó en la Unidad 5 Femenino, donde mujeres privadas de libertad recibieron capacitación en confección y otras tareas vinculadas con la industria textil, desembarcó en el norte del país.

El 18 de mayo se lleva a cabo el cierre de talleres de costura y la presentación de resultados de esta experiencia piloto de descentralización. Egresarán 40 personas que aprendieron el oficio básico y ya confeccionan pantalones y camisas, entre otras prendas de vestir.

Después comenzará una etapa de consolidación de este costurero como centro de producción para el INR. La semana próxima llegarán telas con las que trabajarán en la confección de frazadas y sábanas para otras cárceles. También están trabajando en la presentación del proyecto a distintas intendencias del litoral, para la confección de toallas y sábanas para la hotelería municipal. A su vez, buscan llegar a acuerdos con otras instituciones del Estado para la venta y colocación de sus productos en distintas instituciones públicas.

Se instalarán máquinas de la Unidad 5 Femenino, que permitirán una mayor profesionalización del trabajo. Si se consolida esta línea estratégica de trabajo dentro de la cárcel, habrá unas 30 plazas laborales para mujeres y varones privados de libertad de esa unidad.

La diaria


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