Por María de los Ángeles Machado.
Hace un rato que estoy pensando, y creo que debería comenzar por decir que siento mucha vergüenza por lo sucedido a la querida compañera Soledad Marazzano anoche en la Junta Departamental.
Hoy la llamé y ella como siempre, desde la hidalguía, tratándo de pensar en lo colectivo por encima de lo personal me terminaba transmitiendo tranquilidad frente a un suceso bochornoso.
Anoche en la junta un «compañero frenteamplista» realizó un tremendo ejercicio de violencia hacia esta compañera. Lo vergonzoso es que este se encuentra ahí sentado porque miles de frenteamplistas realizamos una campaña electoral para que esta fuerza política llegara al gobierno departamental.
En el año 2015, previamente a la elección departamental, creamos un programa de gobierno que contemplaría la creación de una innovadora secretaría de género y generaciones. Enfocada ésta a tener una real perspectiva de género en un eventual gobierno de izquierda a nivel departamental.
Una vez que se obtiene este, asumimos con otros compañeros y compañeras este desafío, posicionando al departamento como modelo a nivel nacional en el desarrollo de políticas de género y generaciones pero por encima de todas las cosas creyendo que en estas filas no pasarían este tipo de actitudes.
En pocos meses habiamos logrado la inclusión de personas trans en los llamados realizados por la comuna, la paridad en los llamados y el fortalecimiento de algunos ejes marcados por el frente amplio inexistentes hasta ese entonces.
Planificamos, elaboramos y gestionamos una real política de género departamental. Creo que Sole no necesita ni la victimización frente a lo sucedido, ni nada similiar pero debo reconocer que este tipo de sucesos a manos de compañeros que se tildan de frenteamplistas, no dejan de darme vergüenza.
Espero con seguridad el amplio repudio frente a esto de mi fuerza política, porque de lo otro, de lo inexistente, ya poco espero.