En la Unidad Nº 20 de Salto trabajan dos funcionarios muy especiales. Él se llama Teo, ella Bruna. Él tiene cuatro años, ella tres. Él se dedica a intervenir ante intentos de fuga, motines y riñas. Ella es especialista en rastrear sustancias ilícitas. Él es un pastor belga malinois, ella un pastor alemán. Ambos trabajan en equipo con los agentes Leonardo Rodríguez y Raúl Gonçalves.
En los días 26, 27 y 28 de noviembre ambos funcionarios policiales participaron junto a Bruna en un seminario de adiestramiento de canes detectores de droga, dictado por la División Canes Detectores de Droga de la Super Intendencia de Drogas Peligrosas perteneciente a la Policía Federal Argentina, realizado en la Jefatura de Policía de Salto. El curso fue dictado por el comisario Carlos Ernesto Ciocca quien tiene más de quince años de experiencia en el adiestramiento de perros.
Es está la primera capacitación que reciben los policías encargados de conducir a la dupla canina que trabaja en la Unidad. Ambos canes llegaron a la unidad ya entrenados.
El entrenamiento de perros para este tipo de tarea comienza a los seis meses de vida y se realiza mediante juegos. Como los perros responden solo a las órdenes de sus entrenadores para los que prestan servicio se buscó una capacitación para profesionalizar a los funcionarios encargados de conducirlos en su tarea.
En el caso de Bruna realiza rastreo de marihuana, cocaína y pasta base a las personas privadas de libertad. Estos se sientan para que Bruna alcance a olfatear de pies a cabeza. En el caso de encontrar algún rastro de drogas, jamás reacciona de forma agresiva, simplemente realiza una acción pasiva que en el caso de Bruna es rascar suavemente con su patita la zona “sospechosa”. Bruna es capaz de detectar dichas sustancias dentro del cuerpo de una persona, mezclada con otras sustancias que disimulen su olor, por ejemplo, café así como también detectar el rastro de la sustancia si ésta fue recientemente “descartada”.