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Vecinos de barrio Ceibal aseguran haber visto un yacaré de importantes dimensiones en la zona del arroyo. Según señalaron los vecinos, la zona que se lo habría visto es entre el Parque Harriague y la desembocadura del arroyo en el Río Uruguay.

Los vecinos que se percataron que algo extraño andaba próximo al arroyo, señalan que sienten ruidos cuando el animal camina y rápidamente se pierde en la vegetación. Otros, aseguran haber visto parte de la cabeza entre la vegetación.

Los más conocidos en el tema señalan que no es algo extraño ya que en otras ocasiones han observado lo mismo. Que estos animales no representan peligro y que lo único que buscan es alimentarse de otros animales. Piden que no se los moleste y que solos abandonan la zona.

Aseguran los vecinos que puede ser un yacaré del zoológico que años atrás dicen que se escapó, situación que van a averiguar, o que el mismo pudo ingresar al arroyo desde la desembocadura del río. Hecho este último que sería más habitual, ya que van en busca de comida y rápidamente se van solos por donde ingresaron.

El yacaré es la única especie de cocodriliano que habita en Uruguay. Es de color verde oliva a grisáceo y tiene manchas negras. Posee una cabeza robusta y un hocico corto y ancho. Las crías miden 22 cm y el adulto llega a medir 2,4 m de largo y a pesar unos 70 kg.

 Claudio Borteiro, de la sección Herpetología del Museo Nacional de Historia Natural, explicó a Montevideo Portal que «la presencia de yacarés en Uruguay es mucho más amplia de lo que se cree». En efecto, un estudio realizado en 2006 por Borteiro logró comprobar la existencia de poblaciones «en una herradura que va desde Paysandú hasta Rocha».

El experto señaló que el yacaré se concentra «sobre la cuenca de la Laguna Merín, desde Rocha a Cerro Largo, en la parte norte del río Negro y río Tacuarembó y en todo el litoral hasta Paysandú». De todos modos indicó que, tal como sucedió, «ocasionalmente puede aparecer algún ejemplar en el río Negro medio, ya que los machos grandes se trasladan grandes distancias».

Según Borteiro, la aparición de yacarés suele ser común en departamentos como Artigas y Salto, donde la población rural «está habituada, convive con ellos y hasta los consume, porque come su carne». Sin embargo, el animal genera «sorpresa» en otras latitudes: «hay una relación distinta, no lo consumen porque lo ven como algo raro o lo matan por curiosidad y por miedo».

Más allá del miedo que pueda generar la aparición de un yacaré, el científico aclaró que no se trata de un animal peligroso para el humano y señaló que los incidentes registrados en Uruguay con esta especie son muy pocos. «El peligro deriva de la manipulación, por ejemplo, de un cazador que lo quiere cazar o la captura con fines de investigación», señaló Borteiro, agregando que los yacarés «no atacan a los humanos como otras especies de cocodrilos».

Al contrario, es común que los yacaré «huyan de los humanos» o «se adapten y habitúen a su presencia, guardando distancia y aprendiendo a convivir con la gente», según explicó.

En su investigación de 2006, Borteiro recogió uno de los pocos casos de muerte de personas en manos de yacaré en Uruguay. Fue en el siglo XIX, cuando un soldado portugués fuera devorado por uno de estos reptiles.

Sí se han registrado incidentes más recientes en Argentina y Paraguay, aunque siempre considerados casos excepcionales o producidos por accidentes, generados por pisar un ejemplar por error. «Si queda enredado en las redes, como le pasó a los pescadores de Durazno, es una situación complicada. Hay formas de desenredarlo sin matarlo, pero era gente que no estaba habituada a manipular un yacaré», agregó.

Borteiro reconoció que la caza o muerte de yacarés no deja de constituir «un ilícito contra la fauna» aunque admitió que «desde el punto de vista científico no representan un peligro para la población de yacarés». Incluso, la muerte de un yacaré macho adulto no se considera algo negativo, dado el comportamiento de los grupos. «Los cocodrilos tienen un mecanismo de freno de crecimiento de la población por la propia densidad», explicó, señalando que «los adultos generan una presión sobre los más jóvenes, limitándoles la capacidad de moverse».

Además, indicó que la población de yacarés se multiplicó en los últimos 30 o 40 años, gracias a la reproducción de «cuerpos de agua artificiales» empleados especialmente en el norte del país para la plantación de arroz o caña de azúcar.

Montevideo Portal


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