«Es hora de que nos unamos como nación», dijo Biden junto a su compañera de fórmula, Kamala Harris, tras una tensa campaña electoral y un gobierno de Trump que fomentó la división.
Joe Biden, cada vez más próximo a ganar la Casa Blanca, prometió el viernes unir a un país profundamente polarizado, diciéndose confiado en que derrotará a Donald Trump, quien más temprano le advirtió que no cantara victoria.
En un discurso desde su feudo en Wilmington, Delaware, el candidato demócrata reiteró que derrotará al mandatario republicano, mientras el lento escrutinio avanzaba a su favor tres días después de la jornada electoral.
«Es hora de que nos unamos como nación», dijo Biden junto a su compañera de fórmula, Kamala Harris, tras una tensa campaña electoral y un gobierno de Trump que fomentó la división.
Y, con tono de presidente electo, aseguró que no perderá tiempo en abordar la pandemia del covid-19, que por tercer día consecutivo registró un nuevo pico de más de 127.000 contagios en Estados Unidos, el país más afectado del mundo.
«Desde el primer día vamos a poner en marcha nuestro plan para controlar este virus», dijo, y apuntó que analizó con expertos una situación cada vez «más preocupante».
Mientras Biden hablaba, se supo que el jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, había dado positivo al virus.
En la campaña, Biden centró sus críticas a Trump por la gestión de la pandemia, que deja más de 236.000 muertos y más de 20 millones de desempleados en Estados Unidos.
– Aumento inexorable -A última hora del viernes, Biden, de 77 años, seguía creciendo inexorablemente frente a Trump en Pensilvania, que le aportaría 20 votos electorales cruciales para atravesar el umbral de los 270 requeridos en el Colegio Electoral para ganar.
En su estado natal, llevaba una ventaja de casi 29.000 sufragios, y según los analistas la tendencia era concluyente.
Biden, que acumulaba al menos 253 votos electorales en todo el país, también mejoraba en Georgia (que le daría 16 votos electorales), Nevada (6) y Arizona (11). En este último la brecha se redujo levemente, pero menos de lo esperado por los republicanos.
En Georgia, donde los demócratas no ganan desde 1992, la diferencia era tan estrecha que se anunció un recuento.
Biden pronosticó que ganará en estos cuatro estados.
La ventaja de Trump fue disminuyendo en varios estados al contabilizarse los votos por correo, emitidos en un número récord este año por la pandemia y que han favorecido mayoritariamente a Biden.
Con un total de 214 votos electorales, Trump solo lideraba la carrera en Carolina del Norte (15) y Alaska (3), los otros estados donde aún no se proyectó de forma concluyente un ganador.
Horas antes, el mandatario, quien se declaró prematuramente ganador horas después de que se cerraran las urnas el 3 de noviembre, dijo que su rival no debería atribuirse una victoria «erróneamente», señalando que él también podría reivindicarla.
«¡Los procedimientos judiciales no han hecho más que empezar!», tuiteó.
La campaña de Trump inició múltiples acciones legales en varios estados alegando fraude, pero sin pruebas de incidentes importantes. Estos reclamos, que según los demócratas son infundados, podrían retrasar la aprobación oficial de los resultados por días o semanas.
La misión electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) dijo que no haber observado «ninguna irregularidad grave» y pidió evitar «especulaciones perjudiciales».
En su informe preliminar, consideró «crítico» que «los candidatos actúen de forma responsable presentando y argumentando demandas legítimas ante los tribunales y no especulaciones infundadas en los medios».
– Pedido a la Corte Suprema -En Pensilvania, donde los votos llegados por correo favorecían en general a Biden, los republicanos pidieron a la Corte Suprema que detuviera el escrutinio.
El juez Samuel Alito, uno de los seis jueces conservadores de los nueve que integran el tribunal, se negó a ordenar un cese inmediato, pero dijo que el pleno de los magistrados consideraría la impugnación el sábado.
Ordenó entretanto a Pensilvania separar estos votos, confirmando una decisión de las autoridades estatales.
Aún si las boletas fueran invalidadas, se estima que esto no haría mella en el resultado final, ya que su número es mucho menor que la ventaja de Biden sobre Trump.
La campaña de Trump dijo temprano que la elección «no ha terminado».
Denunció boletas «irregulares» en Georgia y en Nevada, y problemas de acceso a sus observadores en Pensilvania.
Además, aseguró que Trump iba a ganar en Arizona, criticando, una vez más, a la cadena Fox News y a la agencia AP por adjudicar ese estado a Biden, lo cual le otorgaría 264 votos electorales.
Partidarios de Trump se manifestaron frente a oficinas electorales de varias ciudades.
Las protestas fueron en gran parte pacíficas, pero en Filadelfia, los fiscales anunciaron cargos contra dos hombres fue fueron armados al centro de convenciones donde se tabulan los votos. En Atlanta, un trabajador electoral recibió amenazas de muerte.
El líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, así como los senadores Lindsay Graham y Ted Cruz, entre otros influyentes figuras partidarias, apoyaron al presidente, pero en el partido hubo voces críticas.
«No hemos escuchado hablar de ninguna prueba», señaló Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey y aliado de Trump, advirtiendo del riesgo de avivar las tensiones.
Trump «se equivoca al decir que la elección fue amañada, corrupta y robada», tuiteó el senador Mitt Romney.
El estratega republicano Karl Rove, quien trabajó para la victoria de George W. Bush en 2000, que finalmente se dirimió en la Corte Suprema, desestimó la posibilidad de una estafa electoral masiva.
«Robar cientos de miles de votos requeriría una conspiración de la escala de una película de James Bond. Eso no va a suceder», dijo.
El Washington Post informó que el Servicio Secreto que vela por la seguridad de los dignatarios aumentará la seguridad en torno de Biden.
Fuente: AFP