Al menos en una oportunidad, el exjefe de seguridad de Presidencia reconoció que sus acciones eran “tráfico de influencias”, uno de los delitos por los que está siendo investigado.
A medida que se informa sobre el contenido de los chats del exjefe de seguridad presidencial Alejandro Astesiano, aparecen más conexiones con la Policía y otros jerarcas del Estado. En sus conversaciones queda claro que utilizaba su papel dentro de Presidencia de la República para lograr traslados de policías, mover investigaciones e incluso proteger a su hijo de investigaciones en la Justicia.
Este jueves el semanario Búsqueda publicó varias conversaciones en las que queda en evidencia que la práctica de pedir y cobrar favores de Astesiano era constante, y de que él era consciente de que cometía el delito de tráfico de influencias.
La Diaria