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Este lunes el senador del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, solicitó en una carta dirigida a la Cámara de Senadores, que se conforme una comisión para analizar con fines legislativos la inseguridad en el deporte.

Esta decisión llega cuando el fútbol se encuentra en pausa luego de que un hincha de Peñarol falleciera tras protagonizar un encuentro con varios barras bravas de Nacional.

La comisión también tendría como objetivo investigar «la actuación e influencia de los denominados ‘barras bravas’ y ‘mafias’, el llamado ‘proceso de feudalización del fútbol’, la violencia, las normas legales vigentes sobre el tema y todo otro elemento relacionado con ello», indica la carta.

Según lo expresado, la Constitución no tiene previsto los actos de violencia que se generan a raíz del deporte, y por tanto hay una necesidad «de que todo el sistema político trabaje, más allá de fronteras partidarias, en soluciones a este problema creciente y cuya evolución final aún está lejos de conocerse».

La Comisión será «con fines legislativos integrada por 7 o 9 miembros para de esa forma permitir su integración por todos los partidos políticos con representación en la Cámara de Senadores (artículo 141 del Reglamento)».

 

Aquí la carta completa:

Montevideo, de Noviembre de 2016

Señor Presidente de la Cámara de Senadores Don Raúl Sendic

Presente

De mi mayor consideración;

Quienes suscriben la presente se dirigen a Ud. de conformidad con lo dispuesto en los artículos 2 literal d y 7 de la ley 16.698 y 120 de la Constitución de la República con el fin de solicitar la conformación de una Comisión con fines legislativos.

La misma tendrá como objetivo recopilar información, investigar y analizar la inseguridad en el deporte, tanto dentro como fuera de los estadios, la actuación e influencia de los denominados “barras bravas“ y “mafias“, el llamado “proceso de feudalización del fútbol“, la violencia, las normas legales vigentes sobre el tema y todo otro elemento relacionado con ello.

El fundamento, que de acuerdo con las disposiciones citadas será ampliado de entenderse pertinente y necesario, es el que pasan a exponer.

I.- Antecedentes.-

En estos momentos el Campeonato Uruguayo se encuentra suspendido. El motivo de tal suspensión fue la muerte de un ciudadano producto de la agresión de hinchas de otro equipo.

Otro ciudadano se encuentra internado en el CTI (1).

Hace quince días, durante un encuentro del referido campeonato, otro hincha fue baleado dentro del Estadio Centenario (2)

Estos hechos no fueron casuales.

Los episodios de violencia vinculados con el deporte, en especial con el fútbol, vienen repitiéndose con creciente gravedad desde hace ya tiempo.

Ello sucede dentro y fuera de las canchas.

Un presunto jefe de barras bravas fue baleado la semana pasada cuando ingresaba a la finca donde vive con su mujer e hija (3) .

La viuda de un jefe de barra brava fue asesinada y quemada dentro de un auto hace menos de un mes. Su marido, a su vez, había sido asesinado (4).

Hace unos meses, en la elección de las nuevas autoridades de un Club de fútbol de primera división, el Presidente electo y su hijo fueron agredidos al final de la jornada electoral. Terminaron renunciando y quien perdió la elección asumió en su lugar (5).

Al hincha que fue baleado en el barrio Villa Española la semana pasada le encontraron una cantidad de entradas a partidos de fútbol y carnets en su poder (6).

Ello repite lo sucedido con otro hincha a quien se le había encontrado hace dos años droga y entradas en su poder (7).

Los propios dirigentes del fútbol han expresado públicamente su temor ante el avance de la delincuencia en el deporte y señalado que ello afecta a sus familias y su función, como señalara el ex vice presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol y ex Presidente de Cerro Miguel Sejas (8).

Existen muchos otros hechos que abonan la gravedad de la situación en que nos encontramos y el avance de las mafias, barras bravas y delincuencia en el deporte.

Como los festejos por campeonatos ganados o por el nacimiento de un club que se transforman en oportunidades para que delincuentes asolen, rompan, y saqueen comercios y casas.

II.- La Evolución a la situación actual.

No puede decirse que la violencia fue siempre ajena al deporte.

Lo que si puede afirmarse es que ha evolucionado hasta llegar a la actual situación que amerita una actuación de toda la sociedad para terminar con la misma.

Inicialmente la violencia en el deporte fue fruto de quienes no sabían canalizar sus frustraciones luego de un mal resultado deportivo o una derrota.

Justamente el mayor valor que se le dio en sus orígenes al deporte fue el formativo tanto del carácter de la persona como de su relacionamiento con otros.

El deportista fue definido certeramente hace más de 150 años como “aquel que no solamente ha vigorizado sus músculos y desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún gran deporte, sino que, en la práctica de ese ejercicio, ha aprendido a reprimir su cólera, a ser tolerante con sus compañeros, a no aprovecharse de una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una trampa y a llevar con altura un semblante alegre, bajo el desencanto de un revés“ (9).

Esas primeras reacciones violentas, fruto principalmente de no haber aprendido a reprimir la cólera ante el desencanto de un revés, fueron seguidas de otras tendientes a “presionar“ a los rivales y de esa forma intentar incidir en el resultado deportivo.

Se sustituyó el aliento al equipo del que se es partidario por la agresión, provocación o presión al rival. Así aparecieron los cánticos ofensivos hacia el rival y el árbitro, el arrojar objetos al mismo o su hinchada y hasta el denominado apriete o hasta no permitir el descanso al visitante el día previo al partido.

Junto con ello se comenzó a silbar los himnos de los seleccionados que llegaban al país a competir con el nuestro.

El tercer grado de esa evolución, que lleva ya muchos años, fue la presión o “el apriete“ a los jugadores del propio equipo del que se es partidario.

Aparecen los mal llamados “referentes“ de las hinchadas de los equipos que pretenden y muchas veces logran entrevistarse con jugadores y directivos. Comienzan exigiendo mayor entrega y dedicación para terminar pidiendo entradas y otros favores.

La violencia que había comenzado como una exteriorización de la frustración por una derrota y luego se transformó en presión a rivales y árbitros, termina enquistándose en las instituciones deportivas.

Los referentes o líderes pretenden favores a cambio de su apoyo o aliento desde la tribuna. Entradas, dinero para organizar el apoyo al equipo o para viajar al exterior con él, son las exigencias.

El último paso, al que estamos llegando, es el manejar los ingresos derivados de la presencia de hinchas en las tribunas. Se denuncia el cobro de dinero para permitir el ingreso a baños, para vender productos, rapiñas en las tribunas, peleas por la venta de droga y hasta se cobra por mantener el orden en ellas.

Lo que está sucediendo en algunas tribunas, se traslada ahora a los alrededores de varios estadios en lo que es, según denunciara el mismo Ministro del interior, una copia del “modelo argentino“ (10).

El paso siguiente es la “feudalización“ de varias tribunas de los estadios y de sus alrededores. Este proceso (dentro y fuera del deporte) fue denunciado en su momento por el entonces Director Nacional de Policía, Julio Guarteche quién solicitaba a todo el sistema político unirse contra el mismo (11).

Así, en ese modelo que se está importando, se exige dinero para estacionar en la calle, para circular en las cercanías de los estadios, para concurrir a los baños dentro de ellos, para poder vender productos de merchandising o alimentos o incluso para no ser agredido.

Ya no es ni la Policía ni las autoridades deportivas quienes ejercen la autoridad sino delincuentes que ven en la masividad, pasión e interés que despierta el deporte un campo para su actividad.

Más allá de la actuación de la Justicia, en cuya esfera de actuación no debe el Poder Legislativo inmiscurise, hay una realidad social y normativa que amerita ser investigada, estudiada y analizada para legislar y prevenir estos hechos.

III.- La Legislación vigente.

El proceso que se ha vivido ha tornado la legislación vigente como no adecuada para enfrentar estos fenómenos.

Hoy se habla de derecho de admisión, obligación de no entrega de entradas ni beneficios, presiones y otros hechos que la legislación no previó, sencillamente porque no eran hechos que existieran.

De ahí la necesidad de que todo el sistema político trabaje, más allá de fronteras partidarias, en soluciones a este problema creciente y cuya evolución final aún está lejos de conocerse.

IV.- La Comisión que se solicita. Sus funciones e integración.

Se solicita la conformación de una Comisión con fines legislativos integrada por 7 o 9 miembros para de esa forma permitir su integración por todos los partidos políticos con representación en la Cámara de Senadores (artículo 141 del Reglamento).

Ello al amparo de lo dispuesto por los artículos 2o literal d) y 7 de la ley 16.698. No se presume la existencia de irregularidades por parte de jerarcas por lo que corresponde una Comisión de este tipo y no la prevista en los artículos 2o literal c) y 6o. de dicha ley.

Los fines de dicha Comisión serán los siguientes:

a.- recabar información sobre la legislación vigente en materia de violencia en el deporte a nivel nacional;

b.- recabar información sobre la legislación comparada en materia de violencia en el deporte, su prevención y juzgamiento;

c.- investigar los hechos de violencia deportiva sufridos en el país, con el fin de recabar la información suficiente para legislar sobre la prevención, disuasión y represión legal de los mismos;

d.- recabar información e investigar los planes de prevención, educación y formación deportiva;

e.- todo otro elemento que se entienda de interés para la consecución de los fines anteriores.

V.- Prueba.

Si bien lo que viene de decirse es público y notorio, existen diversos medios probatorios en nuestro poder, como copia de expedientes judiciales, declaraciones en Comisiones parlamentarias y públicas que ofrece y agregará de entenderse pertinente.

Entendiendo que este Cuerpo y el sistema político no puede permanecer indiferente ante el fuerte proceso de deterioro que viene de relatarse y que desde hace tiempo se está viviendo es que se solicitan la conformación de esta Comisión.

Saluda a Ud. Atte

Pedro Bordaberry

 

Fuente: El Pais


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