Mientras todavía se sienten los ecos del doble crimen del 8 de marzo, donde una mujer y un efectivo policial fueron asesinados por la ex pareja de la fallecida, en Salto se desató una dura polémica debido a la decisión del intendente actual, Andrés Lima, de cerrar el refugio para víctimas de violencia doméstica que había creado el ex intendente Germán Coutinho durante el año 2013 en acuerdo con el Mides y el Ministerio del Interior.
La utilización tenía un rígido protocolo, desarrollado por el Mides, que dotaba de seguridad a las víctimas de violencia.
El epicentro del debate es la Junta Departamental de Salto. El presidente del deliberativo, el colorado Alberto Villasboas responsabilizó al intendente Lima de haber cerrado ese refugio por «el simple hecho de haber sido un proyecto y obra del gobierno anterior».
El edil adelantó que la semana próxima en ocasión de un homenaje a las ediles mujeres en ese ámbito, se planteará al ejecutivo departamental la necesidad de volver a habilitar ese refugio.
En la actualidad, el departamento de Salto no cuenta con ningún local que proteja a víctimas de violencia doméstica.
Algunos de los ediles opositores a la gestión de Lima entienden que si el refugio hubiese estado abierto, la mujer asesinada el 8 de marzo estaría aún con vida.
EL PAÍS