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Llegaron al diario sin avisar, bien temprano. Comunicaron que había autoridades del municipio de San Antonio y el cronista fue a su encuentro rápidamente, esperaba encontrar al Alcalde Martín Barla. Pero no, no era Martincho sino dos concejales, uno de cada color, uno el conocido Julio Centurión del Frente Amplio, integrante firme de la lista 888, el otro Guillermo Da Silva, del Partido Colorado y Vamos Salto. Ambos dirigentes con historias políticas a cuestas, el primero todavía firme en la lista original del intendente, en lo quedó de la  Agrupación Humanista –sin los Lima- y el otro, si colorado y de Germán pero “medio tirado por la lista 315” por la cual fue electo en 2015.

Un juego de palabras, Centurión oficialista en lo departamental y nacional, pero distanciado políticamente del  intendente. Da Silva, opositor en la nacional y departamental pero oficialista en lo municipal, en la gran jurisdicción del Municipio de San Antonio. Pero ambos están de acuerdo con la efectividad de administración y gestión del lugar en donde viven, sin importar las banderías políticas de turno; por ello quieren que las cosas funcionen, que haya recursos para obras, que al alcalde no lo dejen de lado.

Es aberrante la situación de la caminería

Centurión tomó la palabra y la voz cantante. “Estamos aquí presionando para que las autoridades cumplan sus roles.  Es aberrante la situación de la caminería, el intendente no cumplió con las promesas de la campaña electoral. Se van yendo los tiempos de gobierno y la promesa de hacerlo a nuevo el tramo de camino desde Parada Herrería y la Casa Ambrosoni va quedando lastimosamente para atrás. El año pasado el intendente y García Da Rosa (director de Descentralización) firmaron un documento que lo establecía claramente, fue en junio de 2017”.

La descentralización es un verso y el Consejo de Ministros un show político

Ambos se manifestaron sobre la gestión del Alcalde, aunque reconocían que mucho de lo que se habla de descentralización es puro verso, está lejos de la realidad, de obras y acciones concretas en la localidad. Martincho es un alcalde a medias, no tiene presupuesto ni recursos propios que le permita encarar nada apropiado y por su cuenta a favor del municipio. Todo depende de la atención que le presten de vez en cuando. Además se aprovechan de ciertas dificultades de relacionamiento de Barla para retacearle los recursos y dificultarle las cosas. Hace poco, dijo Centurión, ante la falta del Alcalde, que estaba en Montevideo, tuvimos que “empoderarnos del municipio para sacarlo adelante entre todos, no importaba las filiaciones políticas y así actuamos Ferrari (ex alcalde), Da Silva y yo”. Ni que hablar que todo aquello del Consejo de Ministros en San Antonio fue un show político. Así de simple, hasta ahora están esperando algo de lo que se dijo, solo fue un maquillaje de bitumen y de…ilusiones.

Cuando llueve mucho quedamos aislados

El intendente Lima se olvidó de nosotros y de San Antonio, casi no ido por allá y no tiene nada para darnos, enfatizaron los concejales. Da Silva fue enfático al afirmar que prometieron obras faraónicas que no hacen nunca hicieron pero tampoco las pequeñas, de mantenimiento. Señaló que los autos se “viven rompiendo en los caminos entre San Antonio y Garibaldi y cuando llueve las localidades se quedan completamente aisladas, igual que hace 10 años”.

Al Alcalde le salta la térmica

La intendencia, más allá de los contactos con Da Rosa y lo poco y nada con el intendente, con el resto de las direcciones no tenemos ninguna relación. La Dirección de Tránsito, incluso con los problemas que hubo de relacionamientos de inspectores y jerarquías, brilla por su ausencia; la Dirección de Obras ni conocemos al encargado, la Dirección de Cultura nada de nada, apenas unas clases de gimnasia en Garibladi y por especial voluntad de la profesora. Tristemente reflexionaron que “como el alcalde es calentón, como le salta la térmica, aprovechan para romper puentes”.

Fuente LA PRENSA


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