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Atilio Minervine, -Presidente del Centro Comercial e Industrial de Salto-, dialogó con CAMBIO consultado sobre la perspectiva de la institución a la que representa de cara al problema de los numerosos cierres de empresas. La realidad salteña no es nada alentadora. Muchos comercios céntricos, incluso algunos de muchos años de trabajo, han cerrado y ello desemboca también en las fuentes de trabajo.

ALTOS COSTOS

“Lo de los cierres de las empresas se han venido dando paulatinamente. La realidad es que hay unos costos muy altos para mantener una empresa abierta”, dijo el empresario. “Obviamente, BPS, DGI, UTE, OSE, ANTEL, alquileres, planilla de persona, seguridad, más algunas otras cosas se que van sumando a los costos. En un mercado deprimido como se ha visto en estos últimos años con la caída de ventas y aumentos de costos muchos negocios se han vuelto inviables”, dijo.

“Cuando hablamos de cierres de comercio, tenemos que incluir la pérdida de fuentes de trabajo. Tenemos que pensar que esto ha sido un encadenamiento de consecuencias que derivaron en el cierre del local. Se va buscando ser más eficiente para ir subsistiendo y esperando que la situación mejore, ajustando en todos los rubros, hasta que se llega a la medida de mandar a las personas a seguro de paro. Si esto no cambia en el corto o mediano plazo –aunque somos optimistas de que irá mejorando- la realidad irá empeorando progresivamente”, sostuvo.

HERRAMIENTAS

Minervine también tuvo en cuenta la medida del gobierno para que las empresas contraten personas mayores a 45 años, a cambio de compensaciones en las contribuciones. Aclaró que “esas medidas a veces no tienen los resultados esperados pese a las buenas intenciones. El tema pasa por otros factores, por más que el estado te subsidie el 100% de una persona, tú no la vas a tomar si no tiene para hacer, para producir o vender. Se necesitan más medidas”, explicó.

No obstante, aclaró que están actuando en consecuencia a la situación actual en búsqueda de amortiguar los daños: “Desde el Centro Comercial estamos apoyando a los empresarios brindando herramientas para que puedan estudiar dónde bajar costos, optimizar recursos, comprar más eficiente y en cantidad. La idea es que, al cargarle todos los impuestos a los productos, terminen en un bien precio para el consumidor. El salteño quiere consumir acá, porque al hacerlo conserva los puestos de trabajo. En estas herramientas incluimos insumos como lo fue en su momento el precio de los combustibles: se le llevaron datos al gobierno y este accedió a descontar el %28 del IMESI. También se está trabajando con la Universidad Católica para comunicarle al gobierno y consensuar alguna rebaja de tarifas”. Finalmente, aclaró que tiene la esperanza de que el 2019 sea mejor que el año dejado atrás: “Somos optimistas. Si bien el año 2018 cerró con un -6% de promedio de ventas relacionado con el 2017, esperamos que este año sea diferente”, dijo.

Diario Cambio


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