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Madre e hijo planearon el crimen a distancia ya que el joven vive en Montevideo y pactaron, paso a paso, como secuestrar y asesinar.

La noche del viernes 9 de octubre la vida de Sebastián Rodríguez cambió para siempre. Salió de su casa rumbo a un cumpleaños pero nunca volvió a su casa. Su madre, al no tener noticias del paradero de su hijo, denunció su ausencia en la Dirección de Investigaciones y la Policía se puso manos a la obra en un caso de desaparición, que luego tuvo un vuelco trágico.

El primer paso fue analizar el contenido de las cámaras de seguridad de la casa, donde se observó a Sebastián a punto de ingresar en la madrugada del sábado -luego del cumpleaños- pero algo lo detuvo. La víctima se detuvo a punto de ingresar, acercó su teléfono celular a su rostro para atender una llamada o escuchar un audio, y volvió sobre sus pasos para volver a salir del terreno. Esa fue la última imagen que su madre tuvo de él.

Pasaron varios días para que un trabajador del balneario Iporá encontrara documentos de Rodríguez tirados en el piso. De inmediato dio aviso a la Policía y los investigadores montaron un operativo de búsqueda. Allí se encontraron la billetera de la víctima y algunas tarjetas de crédito.

Según se desprende de la investigación fiscal la Policía logró determinar que Rodríguez dejó su domicilio tras una llamada de su expareja, una mujer de 42 años, por lo que se le tomó declaración.

El giro de la investigación tuvo lugar cuando las cámaras de videovigilancia de la zona determinaron que Rodríguez, su expareja y el hijo de esta, un hombre 21 años, habían estado juntos en el auto. A esa altura se libró una orden de detención para madre e hijo, lo que llevó a la mujer a confesar el crimen en la segunda indagatoria. 

Madre e hijo planearon el crimen a distancia ya que el joven vive en Montevideo y pactaron, paso a paso, como secuestrar a Rodríguez y asesinarlo. El plan lo llevaron a cabo y su expareja confirmó ante la Policía que utilizó una pala para enterrar el cuerpo ella misma en una zona descampada de Tacuarembó. Con el relato y la confesión de la madre el hijo tomó la palabra y le señaló a la Policía el lugar exacto donde fue enterrado, lo que le permitió a los efectivos encontrar el cadáver de Rodríguez.

La Fiscalía Departamental de Tacuarembó 1º turno imputó este martes a ambos por un delito de homicidio especialmente agravado por lo que madre e hijo estarán en prisión preventiva hasta el 10 de abril del año próximo, mientras que la fiscal avanza en la investigación.

Telenoche


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