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La Justicia imputó a un hombre de 56 años al comprobarse su responsabilidad en delitos de índole sexual perpetrados contra su propia hija. Habiéndose armado de valor y apoyada por personal idóneo, la víctima denunció los hechos a mediados de julio del año pasado, cuando tenía 23 años. En su relato indicó haber sufrido abusos por parte de su padre desde los 9 a los 14 años, quien además la sometía a sus bajos instintos ante la mirada de otros familiares en un círculo familiar de consumo de alcohol y violencia.

De acuerdo a lo informado por Jefatura de Policía de Paysandú, el hombre actuaba generalmente bajo los efectos del alcohol, adicción que hacía víctima también a su por entonces pareja, a quien golpeaba y amenazaba de muerte. En tanto, la joven indicó en su denuncia que, en varias ocasiones, el depravado mantenía relaciones sexuales con su madre delante de ella y otros menores, obligándolos a participar como espectadores bajo reprimendas. Contó que luego de varios años logró entender la gravedad de lo ocurrido, gracias a la orientación de personal de la salud, por lo que optó por denunciar.

Ante la magnitud del caso, las autoridades dieron intervención a la Justicia, resolviéndose la formalización de la investigación para el hombre, imputado por “la presunta comisión de reiterados delitos de atentado violento al pudor agravado en régimen de reiteración real con reiterados delitos de violación”, imponiéndole como medida cautelar prisión preventiva por el plazo de 180 días. 

El Telégrafo, Paysandú


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