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Si bien las ollas populares y los merenderos han perdido trascendencia pública aún son muchos los uruguayos que dependen de estos para recibir alimento diario. Las ollas y merenderos son llevados adelante por vecinos y organizaciones barriales. Existe a nivel local una red de merenderos y ollas populares que cuenta con personería jurídica y percibe del gobierno departamental 250 mil pesos mensuales para organizar la compra de insumos. Esta red trabaja con 21 merenderos y 24 ollas solidarias, por lo tanto, ese dinero se distribuye entre esas organizaciones. Pero algunas de las ollas populares y merenderos están por fuera de esta asociación civil y no reciben apoyo de la comuna. CAMBIO dialogó con Betania Silva del merendero «Apapachando el alma» ubicado en la intersección de las calles Dr. Chiazzaro (Nº 1708) esquina Bolivia, que atiende a más de 375 personas, entre 50 a 60 familias.


RECURSOS
“De lunes a sábado vienen más de 375 personas a levantar su comida. Nosotros hace un año y medio que empezamos a elaborar la merienda y la comida. En su momento cuando estuvo el CECOED a cargo, me ayudaba a mí y a otro grupo de personas que también en este momento estamos por fuera de la red de ollas del colectivo. Cuando hablamos del colectivo de ollas no sabemos el porqué hay gente que agregaron y gente que no agregaron. Hay gente que pusieron y de acuerdo al criterio con el cual se manejan que desconocemos cuál es, nos sacaron. Y hoy en día tengo entendido que somos entre 11 a 15 entre merenderos y ollas populares que estamos por fuera del colectivo de ollas. Nosotros fuimos a hablar con Regino López en la jornada del martes y él nos dijo que teníamos que hablar con el Colectivo de Ollas Populares para que nos agreguen. Nos dijo que él no podía decidir por ellos y en pocas palabras se lavó las manos”.


POR FUERA
“El criterio que el colectivo de ollas utiliza para la entrega de los alimentos tanto a merenderos como a ollas populares, no sabemos cuál es. La gente que estamos por fuera del colectivo tampoco sabemos por qué quedamos fuera. Le preguntamos a alguien del colectivo y nos dijeron que no les alcanzaba el presupuesto que la Intendencia de Salto les daba para ayudar a todos. Entonces quedamos gente afuera, en vez de sumarse más días ollas que estaban trabajando un día a la semana y después cuando pasó el mando al colectivo de ollas se sumaron más días. No sabemos si es por amiguismo, por color político, o por favoritismo”.


INJERENCIA POLÍTICA
Sobre la razón por la que no han sido tomados en cuenta dentro del colectivo, dijo que “hemos manejado esa hipótesis. Como no nos alineamos políticamente quedamos fuera de la colaboración de la Intendencia, o porque no tenemos amigos dentro de la red de ollas populares, o no somos favoritos de la gente que trabaja en este colectivo. Lo cierto es que desconocemos el porqué. De esta forma hoy quedan por fuera de la red de ollas alrededor de 15 merenderos, no sabemos si es por temas políticos o únicamente favoritismo”.


AYUDA DEL MIDES
Silva dijo que “Mi esposo y yo, y tres compañeros más salimos una vez a la semana a buscar hasta las chacras, pagamos un flete del bolsillo nuestro para ir a juntar y armar bolsas de verduras y darle a la gente dos veces por semana también. Tenemos el apoyo de algunas empresas que hace un año y medio nos acompañan con la donación de fideos o arroz, leche y azúcar. Así la vamos llevando. También nos apoyan panaderías que colaboran diariamente. La directora de MIDES que salió esta semana pasada a esta empresa y nos trajo donaciones, y va a ayudar a la gente que estamos por fuera de la red de ollas populares”.

Diario Cambio


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