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El jefe comunal buscará llegar al Senado; opinó que si el FA gana la elección nacional tendrá a su favor un “envión” similar al de las departamentales de 2005, cuando ganó ocho intendencias.

En los accesos a Montevideo por la ruta 1, a la altura de Carlos María Ramírez, llama la atención un cartel con la cara del intendente de Salto, Andrés Lima, y la leyenda “Seregnistas de a pie”. Es el nombre de uno de los grupos frenteamplistas que forman parte del Encuentro Federal Artiguista (ENFA), que hará su primera actividad política en Montevideo este jueves 16, en el club Colonia.

Además de Seregnistas de a Pie, cuyo referente es el exjerarca del Ministerio de Transporte Andrés Copelmayer, también participarán la Liga Federal 1813, la Agrupación Celeste, de la carnavalera Yessy López, y el grupo Todos Nosotros, integrado por militantes del Cerro. Lima comentó a la diaria que en el acto participarán frenteamplistas independientes, entre ellos el vicepresidente del PIT-CNT, Joselo López.

El ENFA, según dijo, pedirá su ingreso formal al Frente Amplio (FA) más adelante. Mientras tanto, aprovechará los lugares que tiene la Liga Federal en la Orgánica: un cargo en la Mesa Política, uno en el Secretariado Nacional y seis delegados al Plenario Nacional.

El espacio político que lidera Lima tiene dos diputados (Álvaro Lima, de Salto, y Sergio Mier, de Treinta y Tres) y los alcaldes salteños Santiago Dalmao (Rincón de Valentín), Carlos Souto (Villa Constitución), Enrique Zuliani (Belén) y Rosita Moreno (Mataojo).

El ENFA cuenta, además, con 21 ediles titulares a nivel nacional (14 en Salto, dos en Treinta y Tres, dos en Artigas y uno en Paysandú, Florida y Durazno), y en las últimas giras por el interior del país se sumaron dirigentes como el exintendente de Florida Juan Giachetto, el exdiputado de Tacuarembó Edgardo Rodríguez, el excandidato a intendente de Maldonado Gerardo Viñales y el exalcalde de Bella Unión Luis López.

A continuación, un resumen de la charla telefónica que tuvo Lima con la diaria en la previa del acto en el club Colonia.

Viene anunciando el ingreso al FA de agrupaciones departamentales coloradas. Primero una edila y hace pocos días hicieron un acto con la agrupación Progreso. ¿Qué características tiene esa disputa por grupos locales?
En Salto el Partido Colorado [PC] históricamente ha sido muy fuerte, con dirigentes importantes como [Eduardo] Malaquina o [Ramón] Vinci. El FA llegó a romper un poco esa tradición. El votante de barrio de Salto ha ido fluctuando, cuando no votó al PC votó al FA. Nosotros estamos convencidos de que el batllista está más cerca del FA que del herrerismo. Cuando hablás en confianza con el colorado identificado con el batllismo, siempre termina más cerca del Frente. Capaz que suena a exageración y quizás a alguno no le gusta, pero pienso que el batllismo hoy está representado por el FA. En Salto, además, creo que se identifican con nuestra forma de trabajar, que es de mucha cercanía, mucha asamblea y recorridos. Con mucha de esta gente que ahora se suma a nuestro espacio nos venimos cruzando desde hace años en el territorio, nos conocemos bien, no es de ahora. Y justamente ahora en el PC hay un vacío de dirigencia política, porque el senador [Germán Coutinho] se fue a vivir a Montevideo. Entonces, muchos militantes colorados sienten que no tienen un referente departamental. Y ahí es que estamos llegando nosotros.

En Salto el FA ganó la intendencia porque blancos y colorados no sumaron, como en el resto del país. ¿Alcanzan estas incorporaciones para revertir esa situación?
Son cosas que ayudan. El escenario que tenemos hoy en Salto es muy diferente al de hace dos años. En 2020 nosotros ganamos con 41% de los votos y mi impresión es que hoy estamos varios puntos arriba de ese porcentaje (en esa elección el PN y el PC obtuvieron, sumados, casi 55%). Hoy creo que estamos de igual a igual, y quedan tres años por delante. Hace unos días se sumó una agrupación colorada que se llama Progreso, en la que también hay cabildantes. El hermano del referente del grupo era de Cabildo Abierto [CA]. También estamos en conversaciones con otra agrupación de CA que participó en la elección interna de 2019 y peleó por una diputación.

¿Esos votantes de CA estuvieron alguna vez en el FA, por ejemplo en la elección de 2004?
Si, unos cuantos de ellos votaron a Tabaré [Vázquez]. Es algo que también he visto en otros lugares del interior. Me animo a decir que son varios miles los que entran en esa categoría.

Rivera es otro departamento donde el PC es fuerte; sin embargo, el FA no ha logrado crecer y en la última elección quedó cuarto, detrás de CA. ¿Cuál es su explicación?
Problemas internos. Cuando pasás mucho tiempo con discusiones internas, no tenés tiempo suficiente para salir a hacer el trabajo militante de hablar con la gente. Es sencilla la ecuación, lo podés medir hasta en horas. La única fórmula es estar en el territorio y escuchar, no hay otra manera. El 19 de junio tenemos una actividad para presentar el ENFA en Rivera, con una agrupación departamental en la que participan frenteamplistas independientes y también riverenses que vienen del PC, el Partido Nacional [PN] y CA. Después del referéndum los compañeros de Rivera quedaron satisfechos porque se había trabajado mejor, en un clima de unidad. Más allá de que fue una paliza (fue un tres a uno), sintieron un cambio en la militancia, con más trabajo unitario y organización. Sacaron 17.000 votos, bastante más que lo que sacó el FA en las departamentales.

¿Qué objetivo real se puede plantear el FA en Rivera?
Creo que volver a recuperar una diputación, eso suena como un objetivo posible.

¿Y en Artigas cuál es la situación? El FA gobernó un período, con Patricia Ayala como intendenta.
En Artigas tenés dos realidades. Una cosa es Bella Unión y otra es la ciudad de Artigas. A pesar de que perdimos el municipio, en Bella Unión el FA tiene una base importante y hay una tradición por todo lo que significa el movimiento cañero. Hay comités de base con una actividad interesante y funciona una mesa local que aglutina a todos los actores sociales importantes. En Artigas es bien distinto, el FA tiene que trabajar mucho más. También hay mucha obra, cada vez que voy a Artigas veo una obra nueva y esas son cosas que la gente mira mucho. La obra pública la han concentrado mucho en la ciudad de Artigas y no tanto en el resto del departamento, al menos por lo que uno ha visto. Nosotros, como ENFA, estamos haciendo base en Calpica, Colonia Palma, Tomás Gomensoro y Baltasar Brum. Tenemos la ciudad de Artigas rodeada, como quien dice. Ahora el siguiente paso es desembarcar en la capital.

¿En Paysandú cómo es la situación? El FA perdió la departamental por 7.000 votos, pero en el referéndum la situación cambió. ¿Puede volver a ganar el FA?
Paysandú también tiene una larga tradición frenteamplista. Hay conciencia de clase, hay mucho cooperativismo. Te diría que el sistema cooperativo de Paysandú está despegado en comparación con el resto del interior. Si bien en Salto tenemos cooperativas, ellos nos llevan una ventaja muy grande. Todo eso genera un escenario más propicio para el FA. Hay mucho trabajo en la cabeza, tenés una ventaja en términos de cambio cultural, que es algo muy importante y que no tenemos que descuidar cuando nos toca ser gobierno, porque te hace más llevadero el trabajo si te toca ser oposición.

En Paysandú hay mucha militancia. Eso, sumado a dos años de gestión [del intendente Nicolás Olivera] que no han traído la prosperidad que se prometía, genera expectativas de volver. Hay que tener en cuenta que el FA perdió en la ciudad por 500 votos, ellos hicieron la diferencia por cómo votaron en los siete municipios blancos. En estos meses, el FA de Paysandú viene trabajando mucho en el interior del departamento, recorriendo y hablando con la gente a nivel de los municipios. Me parece que es por ahí la cosa.

¿Siente que entre la dirigencia blanca del interior hay preocupación por las elecciones de 2024?
Mi sensación es que, finalizada la pandemia, quedaron en evidencia una serie de problemas que estaban ahí y ahora los vemos más claro. Hoy el gobierno tiene instalados los mismos tres problemas con los que castigó al FA al final del último período de Tabaré y que definieron la elección nacional: la inseguridad, la desocupación y la situación económica. El gobierno tiene esos tres temas instalados y se nota que el humor empezó a cambiar. Hace unos días, hablaba con personas de un centro comercial de Salto y me decían que hasta 2021 la plata circulaba por lo menos hasta el 22 de cada mes; el comercio se movía hasta esa fecha. Hoy están viendo que después del 12 de cada mes ya se deja de mover y las ventas bajan. Esas cosas inciden en el estado de ánimo de la gente. Te estoy hablando de comerciantes y sectores productivos que votaron al gobierno, claramente. Lo dicen en la charla personal, alguno hasta te admite que antes estábamos mejor. También hay que entender que es gente que confió en este gobierno, son procesos. Y lo mismo pasa cuando hablás mano a mano con algún dirigente blanco, te reconoce que está difícil la situación, pero todavía no lo van a decir públicamente. Ojalá me equivoque, pero no veo señales del gobierno como para pensar que la situación vaya a cambiar. Es un panorama complejo para el país. Por otra parte, tampoco veo que tengan mucha obra para mostrar cuando se acerquen las próximas elecciones. Así que sí, es probable que estos temas sean una preocupación para muchos de ellos.

¿El objetivo del ENFA es llegar al Senado?
El objetivo es ser parte de un próximo gobierno del FA y aportar desde el Senado. Creo que tenemos un conocimiento del interior que puede ser interesante como una mirada federal, de alcance nacional. Nací en el interior, vivo en el interior y no tengo planes de vivir en otro lado. Esas circunstancias también nos van a permitir marcar errores que cometimos en el pasado y tratar de no volver a cometerlos. Si el FA mejora lo que hizo y toma conciencia para no volver a repetir algunos errores, tenemos las mejores chances de volver a ganar y hacer una buena gestión.

¿Va a renunciar antes o piensa terminar el mandato?
Seguramente, llegado el momento, si se confirma lo de encabezar una lista al Senado, corresponderá pedir licencia en la Intendencia de Salto, porque no son dos cosas que se puedan hacer al mismo tiempo. Pero creo que es fundamental hacer una buena gestión en la intendencia para consolidar un proceso de 15 años de gobierno.

Cuando perdimos, también fue por problemas internos: teníamos dos candidatos que subían al escenario y uno hablaba mal del otro y el otro le respondía. Nosotros también supimos hacer esas cosas. En la próxima elección vamos a tener una coalición en Salto, si acá el FA le gana y vuelve a ser gobierno, podríamos hablar de un ciclo similar al de Canelones y Montevideo, pero en el norte del país. Si el FA gana en 2024 a nivel nacional, tenemos que aprovechar ese envión de noviembre a mayo. En 2005 ganamos ocho intendencias y podemos volver a pensar en algo parecido. Es cuestión de organizarse bien, hacer un trabajo ordenado en el territorio, marcando objetivos, sabiendo escuchar y con mensajes claros. Además de Montevideo y Canelones, veo muchas chances en el litoral, desde Salto hasta Colonia, y también en Maldonado y Rocha.

La Diaria


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