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Por Gustavo Chiriff. La creciente ola de delitos, que en los últimos meses venimos sufriendo todos los uruguayos, también nos hace reflexionar sobre qué sociedad tenemos y cuales son algunos indicadores que muestran que tan propensa es la población ante la violencia.


Uno de estos indicadores es la cantidad de armas por habitantes que tiene un país y en especial América, tiene más del 50 % de las armas que están en posesión de civiles. Estados Unidos es el que más armas de fuego tiene por habitante, la descomunal cifra de 120 armas por cada 100 habitantes (393 millones de armas en 332 millones de habitantes), con esta cifra para nada nos asombra los constantes ataques armados de civiles contra la población, ya sea en colegios, supermercados o en distintas concentraciones.


En particular Uruguay, junto a Canadá, es el segundo país de América con más armas y es el quinto en la lista mundial, con un promedio de 34,7 armas por habitante, que según registros oficiales existen mas de 600.000 armas de fuego registradas, pero se estima una misma cantidad de armas ilegales.


En diciembre del 2020, el presidente Luis Lacalle Pou, reglamentó la ley sobre tenencia de armas donde se establece que se considera de libre importación y comercialización, todos los materiales, repuestos y partes, relacionados con armas de fuego, salvo algunas excepciones y esto es en parte, en respuesta a la demanda de la Asociación Nacional de Cazadores.


Sin dudas que la facilidad que cualquiera pueda hacerse de un arma, por si solo no explica el aumento de la violencia, pero en parte contribuye a generar condiciones para ejercer dicha violencia.


Las últimas encuestas coinciden con el descenso en la confianza tanto en el presidente como en la gestión de gobierno, la lenta desaparición en la opinión pública de la pandemia, desnuda las falencias de este gobierno en dos aspectos claves, la seguridad ciudadana y la economía. En estas encuestas se ve claramente crecer la preocupación de los ciudadanos sobre el tema de seguridad, que junto al desempleo, son los dos que más crecieron en la preocupación de los uruguayos.


Hace unos días, en un enfrentamiento con armas, una escuela fue baleada mientras se estaba en clase, en otro hecho similar, un liceo también sufrió una balacera en el exterior del mismo, mientras había alumnos y en otra Escuela Técnica también hubo hechos de esta naturaleza. Los docentes de estos centros educativos de secundaria han denunciado infinidad de veces los hechos de violencia, con uso de armas de fuego, que se suscitan en los alrededores de este centro, donde muchas veces tienen que intervenir para que no suceda una desgracia.


En estos días se le realizó un llamado a sala de la cámara de senadores al ministro del Interior, Luis Heber, quien, en un tembladeral de su defensa, apuntó como otras veces a los gobiernos frenteamplistas y nuevamente contra Bonomi. Su propio socio de coalición, Manini Ríos, dijo que las cifras de delitos y homicidios son inaceptables.


Desde el gobierno no se reconoce la expansión de la violencia que afecta a toda la sociedad y tampoco se admite el fracaso que están teniendo en su combate a la inseguridad que hoy padece el Uruguay.


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