Rapiñas aumentan 100% en Durazno, 133% en Río Negro, 77% en Salto. El informe corresponde a diario EL PAÍS.
El Interior dejó de ser el mar de tranquilidad. Como en Montevideo, hay bandas que se disputan territorios y dirimen sus diferencias a tiros. También hay ajustes de cuentas, crece la violencia contra las mujeres y se han disparado las cifras de homicidios desde el pasado mes de octubre, según se desprende de las cifras del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad divulgadas por el Ministerio del Interior.
Algunas jefaturas de Policía departamentales han identificado a grupos de delincuentes que tienen sus bases en el área metropolitana y se trasladan a zonas más desprotegidas y con menos vigilancia.
Los datos oficiales sobre rapiñas revelan, por ejemplo, que en Río Negro las denuncias se incrementaron 133% entre los años 2016 y 2017; en Durazno, el aumento fue de 100% y en Salto, subieron 77%. Estos datos contrastan con el descenso de las denuncias por rapiñas en Montevideo, Canelones, Maldonado y Lavalleja.
Al margen de las estadísticas, las noticias dan cuenta de varios casos alarmantes que han tenido amplia repercusión en los últimos meses.
Guerra de clanes.
El pasado lunes, una mujer estaba comprando en una tienda frente a la terminal de ómnibus de Minas. De pronto, un disparo atravesó la vidriera y pasó muy cerca suyo. Afuera, un hombre en bicicleta disparaba contra otro que corría con desesperación calle abajo.
Luego se supo que era un nuevo capítulo de un largo enfrentamiento entre dos familias, que había tenido su clímax el 16 de febrero, durante el desfile de Carnaval.
Ese día, un hombre bien conocido en Minas, identificado por las iniciales M.A. y jefe de uno de los clanes en disputa, según fuentes de la Policía, recibió un tiro en la columna que lo dejó sin movilidad en las piernas. Después, la madre del presunto agresor recibió dos disparos y dos hombres fueron acribillados en la puerta de su casa.
Ayer decenas de policías con el rostro cubierto realizaron dos allanamientos buscando a los responsables del tiroteo. Uno tuvo lugar en una zona céntrica. «El despliegue se hizo de esa forma para ofrecerle seguridad a los vecinos del lugar», dijo a El País una fuente de la Jefatura de Lavalleja.
Firmas.
Los problemas de seguridad han generado que los ciudadanos comiencen a reclamar con más fuerza ante las autoridades. En la ciudad de Juan Lacaze (Colonia) se juntaron 2.730 firmas para exigir al Ministerio del Interior que se tomaran medidas concretas.
Los vecinos notaron que desde octubre del año 2017 se venía produciendo un sustancial aumento del delito, algo que no era habitual, según dijo a El País Gabriel Gabbiani, del Grupo Puerto Sauce Unido, responsable de la recolección de firmas.
A fines del mes de diciembre los lacazinos solicitaron la rápida instalación del Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO), que se concretó en febrero pasado. Gabbiani admitió que la situación mejoró. Ahora reclaman la instalación de cámaras de vigilancia y el aumento de personal policial.
Mientras tanto, al otro extremo de la costa, cientos de ciudadanos se manifestaron en las calles del Chuy (Rocha). En menos de un año hubo 20 muertos de ambos lados de la frontera. Aquí también la lucha por el control de la venta de drogas termina con sangre.
Marco Antonio Barboza, alcalde de Chuí (Brasil), declaró a Canal 4 que el enfrentamiento es consecuencia del ingreso de drogas desde Brasil a Uruguay y el tráfico de armas que se produce desde Uruguay.
Raid delictivo.
Un caso reciente que muestra el despliegue de la delincuencia desde las zonas urbanas hacia el Interior involucró a las ciudades de Pando (Canelones), Ombúes de Lavalle (Colonia), Palmitas y Mercedes (Soriano).
Cuatro delincuentes acordaron en Pando robar en pequeñas localidades de Colonia y Soriano. El punto de encuentro fue la casa de Richard Aranda en la ciudad canaria.
Emprendieron el operativo en un auto con el que cruzaron el peaje de Santa Lucía, tomaron la Ruta 2 y luego la Ruta 12.
En la rotonda, antes de ingresar a Ombúes de Lavalle, los delincuentes dejaron el auto y hurtaron un Chevette verde que estaba en el patio de una casa. El auto no era rápido y decidieron dejarlo en la vía pública y robar otro. Se llevaron un Toyota Corolla.
Se dirigieron a los locales de Antel, Correos y el Banco de Seguros, linderos entre ellos. En Antel rompieron las cerraduras y lograron entrar. Dentro del local, intentaron romper una puerta blindada que conecta con la sala de valores. No pudieron concretar el robo, pero los daños perpetrados fueron valuados en 100.000 pesos .
En Correos rompieron dos puertas: la de ingreso y una interior. Además, robaron una caja fuerte que tenía dos libretas de cheques en su interior. Poco después la tiraron en la ruta. Del local de Banco de Seguros se llevaron 120 pesos en monedas.
Los delincuentes se dirigieron luego a Cardona en dos vehículos hurtados.
En otro local de Antel, rompieron la puerta de ingreso y una caja fuerte. Dentro había cinco sobres transparentes con 173.000 pesos. Con ese dinero en su poder, viajaron hacia Palmitas. Allí rompieron la puerta de ingreso e intentaron llevarse la caja fuerte. De repente, uno de los hombres que hacía campana fuera del local, avisó que la Policía estaba yendo al local.
Persecución.
Ante la advertencia, los delincuentes huyeron en el auto hacia la Ruta 2, rumbo a Mercedes. Entonces comenzó la persecución.
Mientras circulaban a gran velocidad por la carretera, los delincuentes apagaron las luces del vehículo y arrojaron un extintor de incendio para obstruir el camino de la policía, que pidió más ayuda para detenerlos.
El Grupo de Respuesta Táctica (GRT) del Ministerio del Interior se sumó rápidamente al operativo y colocó vehículos en la entrada de Mercedes. Un móvil de la Seccional 2ª interceptó a los fugados..
Los vecinos del lugar escucharon un tiroteo. Policía y delincuentes, intercambiaron disparos. Uno de los fugados recibió un impacto de bala en una pierna; el otro en un brazo. En el operativo se incautaron armas y 160 mil pesos de un botín de cerca de 250 mil pesos.
Un reclamo que movilizó a miles
El crimen de Fabián Pérez (20) provocó una manifestación popular como nunca se había visto antes en la ciudad de Durazno. Ese 3 de abril quedará en la memoria como la respuesta de la gente a uno de los más espeluznantes crímenes ocurridos en el interior. El joven estaba conversando con unos amigos cuando un desconocido le dio tres tiros en el pecho sin mediar palabra. Pocos días después, el asesino confesaría que había viajado a Durazno para cobrar una deuda de drogas y que se confundió de persona al disparar sobre el joven. El homicida es un conocido rapiñero que operaba en el departamento de Canelones. Fue atrapado 4 días después del hecho.
Tres dramas del interior.
Lascano, el azote de una banda
A fines de febrero pasado un grupo de vecinos de Lascano se movilizó en reclamo de seguridad. Viven una ola de robos y copamientos que sacuden a la población del departamento de Rocha. Todo apunta a un grupo de jóvenes que se radicó en viviendas deshabitadas. «Todos sabemos quiénes son esos muchachos», declaró uno de los vecinos a El País. Como consecuencia directa de la gran cantidad de delitos el pueblo debió cambiar sus costumbres, señaló. El alcalde de la localidad, Ricardo Rodríguez, fue recibido por el ministro del Interior, Eduardo Bonomi.
Florida, a los tiros en el parque
En la tarde del 28 de febrero el parque con juegos infantiles de la calle Treinta y Tres de Florida estaba llena de niños. Cuatro sujetos intercambiaron disparos muy cerca de los menores, informó ese día el programa «Dalo por hecho». No hubo que lamentar heridos. Según la crónica, se trata de un enfrentamiento entre familias rivales que ya tiene varios años. El último incidente había ocurrido tres días antes de la balacera donde tres personas ingresaron a una vivienda preguntando por «el Jhony». Como el buscado no estaba dispararon a un espejo. No hubo detenidos ni denuncia policial.
Salto, hay 130 bocas de drogas
El jefe de Policía de Salto, Oldemar Avero, admitió al diario Cambio que hace un año, cuando asumió el cargo, había 80 bocas de venta de drogas en la ciudad y que en la actualidad hay 130. «La ciudad de Salto tiene 130 mil habitantes, dentro de ese contexto se está teniendo algunos problemas de seguridad, como en todo el país», señaló. Avero dijo que se destruyeron varias bocas y que se logró sacar del mercado aproximadamente 9 millones de pesos en estupefacientes. Aseguró que la Policía entra a todos los barrios aunque en algunos de ellos hay que ingresar con vehículos blindados.